CAMAGÜEY.- La Empresa Azucarera de Camagüey continúa los preparativos de la venidera molienda cañera con la reparación de cuatro fábricas de azúcar propuestas para la zafra 2020-2021: Batalla de Las Guásimas y Panamá, en el municipio de Vertientes; Siboney, en Sibanicú, y el Carlos Manuel de Céspedes, en el territorio de igual nombre. Sin embargo, esta última industria, de anteriores buenos resultados y aporte de generación eléctrica al Sistema Electroenergético Nacional (SEN), enfrenta una compleja rehabilitación tecnológica, incongruente con el monto presupuestario inicial aprobado por AzCuba.

El déficit financiero obstaculiza el avance de las reparaciones, principalmente en las áreas de generación de vapor (calderas y casa de calderas), donde tuvieron los mayores tropiezos de la contienda precedente.

Disponen de fuerza especializada para acometer los trabajos de las tres calderas del central a cargo de las brigadas fl oridanas de los ingenios Ignacio Agramonte y Argentina, y la casa de calderas con otra de ZETI, y muchos de los recursos están a pie de obra o en almacenes de la provincia. Además, buena parte de los obreros no disfrutaron sus vacaciones de julio y agosto, y cuando trabajan superan las 10 horas diarias. ¿Por qué se atrasan las reparaciones?

“La contradicción es evidente, porque las unidades suministradoras de AzCuba y de otras empresas del país no nos proporcionan los recursos convenidos si no los pagamos casi al momento y el monto del presupuesto aprobado no alcanza”, esclarece Juan Raúl Correa Granda, jefe de la zafra en Carlos Manuel de Céspedes.

Juan Raúl Correa Granda señala cómo el virador de carros de caña del basculador, torcido durante la zafra anterior, está prácticamente reparado.Juan Raúl Correa Granda señala cómo el virador de carros de caña del basculador, torcido durante la zafra anterior, está prácticamente reparado.

¿Por qué esa incongruencia?

—El dinero aprobado para las reparaciones “normales” no alcanza para una inversión o rehabilitación de envergadura como la que tenemos que ejecutar. Ocurre porque cuando acometimos el desarme y la defectación de los problemas que provocaron tantas paradas industriales en las calderas la pasada molienda y el incumplimiento del plan, pese a producir más de 36 600 toneladas de azúcar, había que enfrentar arreglos a fondo para volver a moler con eficiencia.

“Estamos seguros de que estas trabas se desatarán, tendremos listo el ingenio para la arrancada prevista el 5 de diciembre y superaremos el plan de casi 37 000 toneladas del crudo, con no menos del 70 % de aprovechamiento de la capacidad industrial y sobre nueve enteros de rendimiento industrial en 137 días de molidas hábiles con cañas propias y de las plantaciones de ‘Argentina’ y ‘Brasil’”, aseguró Correa Granda. También dijo que en la zafra chica o de fin del presente año planificaron producir 6 521 toneladas a un ritmo diario de 249.

Lo cierto es que si el “Céspedes” arranca bien y el abasto de caña no falla, puede superar con eficiencia unas 300 del crudo por jornada. El colectivo espera desquitarse del revés productivo de la contienda anterior y, además, estabilizar la generación eléctrica y volver a ser de los mayores aportadores de energía al SEN, y de bagazo para otras industrias, en especial, la refinería de azúcar Ignacio Agramonte, lo cual signifi ca un ahorro considerable de fuel oil.

Especialistas de la Brigada del ingenio Ignacio Agramonte sustituyen unos 1 950 tubos en la caldera número dos para el montaje de un nuevo calentador de aire.Especialistas de la Brigada del ingenio Ignacio Agramonte sustituyen unos 1 950 tubos en la caldera número dos para el montaje de un nuevo calentador de aire.

VISTA HACE FE

En recorrido por las principales áreas del central, el equipo de Adelante constató empuje en los obreros: una mezcla de jóvenes enérgicos y experimentados azucareros como Luis Mariano Borges Leal, mecánico A que renunció este año a las vacaciones de agosto, y en el taller de maquinado comparte sus conocimientos junto a Heriberto Morales, Yosvany Donet, cepilladores, y Jesús Pedroso, taladrador. Junto a otros, realizan cotidianamente innovaciones y recuperan piezas y accesorios muy difíciles de adquirir en medio de la COVID-19 y el recrudecimiento del asedio imperial a la economía cubana.

El viernes de la visita al “Carlos Manuel de Céspedes” estaban fajados por la rehabilitación de las “pestañas”, cuchillas, de los molinos y otros elementos tecnológicos para recuperar en esa área atrasos por falta del fluido eléctrico en el relleno de las mazas. Con cinco molinos, necesita 20 mazas dentadas para triturar la caña y, según Correa Granda, faltaban solo tres por llegar.

Allí lo más complicado son las costosas cajas de control pendientes, por lo que esperaban esta semana ponerse al día en los preparativos de esa área. Afirmó que las reparaciones avanzan en el basculador, donde se fundirán con hormigón las bases uno y dos de las cuchillas y recuperarán el virador de carros de caña.

Área de maquinado, donde se combate el bloqueo con innovaciones atrevidas y se recuperan con sapiencia piezas y accesorios que el país no puede importar.Área de maquinado, donde se combate el bloqueo con innovaciones atrevidas y se recuperan con sapiencia piezas y accesorios que el país no puede importar.

OJALÁ SEA UN DULCE COLOFÓN

Si se desatan las trabas burocráticas financieras de AzCuba y el “Céspedes” arranca en diciembre como esperan y todos allí saben hacerlo, con el puntual y seguro “Siboney”, el impetuoso “Panamá” —si le ponen caña—, y el reservado “Batalla de Las Guásimas” —hoy por hoy, el que más puede producir en la provincia— el azúcar camagüeyano, descontaminado del sambenito del “no se puede”, primará la venidera zafra en el mercado internacional, y también en la distribución nacional, inyección económica que tanto precisan este vasto territorio y el país.