CAMAGÜEY.- Para llegar a grande hay que pensar en grande, quizá por eso Cuba aspira a tener en el 2030 un 24 % de su generación eléctrica mediante fuentes renovables de energía. El camino no será fácil, no lo ha sido hasta hoy, la tecnología está cara y prácticamente inasequible para países del Tercer Mundo, pero aun así resulta una apuesta segura por el futuro, no solo pensando en las toneladas de combustible que se ahorrarían, también por la ganancia ambiental que implican las energías limpias.

Solo en el 2018 se generaron en el país 151 980 MWh, lo que equivale a un ahorro de 32 873 toneladas de diésel, y para este año se estima ahorrar por ese concepto más de 52 000.

La energía solar fotovoltaica registra los mayores avances; al cierre de mayo en el país existían 65 parques. Otros 15 están en construcción, que significarán 42 megawatts (MW) más de potencia instalada. Según los cálculos, el costo de producción y mantenimiento de un kilowatt hora (KWh) en un parque fotovoltaico ahorra un 95 % con respecto a la electricidad que se genera en una central eléctrica.

También se avanza en la energía eólica. Hoy, con solo cuatro parques construidos de forma experimental, se tiene una potencia de 11,5 MW y se ejecutan 13 proyectos. En la actualidad hay 147 instalaciones hidroeléctricas con una potencia total de 68 MW, y se prevé aumentar el uso de la biomasa, la que se aspira que represente el 14 % de la generación por fuentes alternativas.

Durante el año 2018, Camagüey invirtió cerca de treinta millones de pesos para incrementar la generación de electricidad de forma limpia. Según el ingeniero Serguey Pascual Estévez, director de la Unidad Empresarial de Base Inversiones de la Empresa Eléctrica Provincial, “este es un programa en el que hay que invertir, pues cada parque representa aproximadamente siete millones de pesos, pero luego los niveles de eficiencia y ahorro son considerables”.

En su montaje intervienen varias entidades, fundamentalmente las empresas constructoras del territorio y Copextel, que labora en el montaje de las mesas y otros componentes que llevan un trabajo especializado.

APUESTA AL SOL, AL AIRE Y AL AGUA

Cinco parques solares fotovoltaicos, desde que se inauguró el primero en Guáimaro hace seis años, acumulan más de 4 000 MW aportados al Sistema Electroenergético Nacional (SEN). La aspiración es llegar a 60 MW de generación solo aprovechando la energía del astro rey, así está previsto en un plan hasta el 2030. Para eso se realizan estudios en casi todos los municipios y “se prepara la documentación para que dos de ellos —por el momento, el de Santa Cruz del Sur y el de Jimaguayú, en la carretera de Cubanacán— sean con inversionistas extranjeros. Estos últimos tendrán también incorporadas baterías para acumular energía que les permitirá la entrega al SEN aun en horario nocturno”, explicó a Adelante Rodolfo de la Torre Serrano, director adjunto para la Inversión Extranjera.

De la Torre Serrano asegura que la inversión extranjera posibilitará acceder a lo mejor del mundo en cuanto a tecnologías, pues luego del tiempo pactado en el contrato, Cuba asume esa instalación y la sigue explotando. “Nos hemos preparado para asumir buena parte de la instalación de estos parques con elementos de producción nacional. Para ello se modernizó la fábrica de Pinar del Río y ya da resultados. Para el de Lugareño los elementos de mesa se importaron, pero los paneles son fabricados en Cuba; además, estamos produciendo todos los elementos de mesa, angulares y tornillos y se construye uno en Camagüey en el que la tecnología es 100 % cubana”.

Actualmente se trabaja en los parques de Lesca y Planta Mecánica II; el primero, con un crédito de China, forma parte del programa de 100 MW. “Se labora en la cimentación de zapatas aisladas, la fundición de las bases de las mesas, el área de equipos tecnológicos, las garitas y el cercado perimetral, obra que tiene plan de terminación este año; sin embargo, es muy complicada por la cantidad de hormigón que se requiere”, declaró Pascual Estévez, director de la UEB Inversiones.

Además, realizan labores para extender a una segunda etapa el de Planta Mecánica, que debe iniciarse en agosto de este año. La tecnología será igual a la de Planta Mecánica I y sumará otros 2.5 MW.El negocio da ganancias por cualquier parte, asegura el ingeniero De la Torre Serrano, “aunque el estudio de factibilidad está previsto para recuperar las inversiones en 20 años, lo cierto es que hoy por la intensidad del sol la estamos amortizando en solo 15”.

VISIÓN FUTURA

Como parte de la Tarea Vida, la Empresa se encuentra inmersa en un plan de desarrollo futuro que garantice el aporte de energía renovable. Para ello se han microlocalizado diez nuevas zonas con perspectiva de montar nuevos parques fotovoltaicos. La aspiración es sumar más de 60 MW de energías limpias que no contaminen el ambiente. Sumado se prevé la construcción de un parque Eólico en Puerto Piloto, del que se esperan muy buenos resultados a raíz de los estudios realizados de intensidad del viento. Este estaba pactado con un inversionista extranjero, pero a partir de las presiones que realiza el Gobierno norteamericano se retiró del proyecto —interesante dato para los que dicen que el bloqueo no es real. Hoy buscan financiamiento.

Serguey Pascual, director de la UEB Inversiones, adelantó que para el 2019 se tiene prevista la instalación de dos minihidroeléctricas, una en Jimaguayú y la otra en Vertientes. “Aunque no seremos los inversionistas directos sí tendremos que monitorear sus generaciones e insertarlas al SEN”, explicó.

Camagüey también piensa en grande porque quiere llegar a serlo también en este empeño. Sueña con los pies en la tierra y sobrepasa las dificultades porque no es cuestión de elección, se trata de supervivencia económica y ambiental. Estas son las energías de un futuro no muy lejano y no hablamos de ciencia-ficción, sino de la realidad de un planeta que en unos años agotará las reservas de combustibles fósiles. Apostar por las energías renovables del agua, el viento y el sol es un primer paso de nuestra visión de futuro.