CAMAGÜEY.- El 2019 no comenzó bien. Imprevisibles atascos con la disponibilidad de la materia prima, importada desde lejanos mercados, entorpecieron el ciclo productivo. Ello causó la falta de ofertas regulares en algunos de los destinos previstos como las tiendas recaudadoras de divisa, fenómeno con tendencia a una gradual normalización.

Luego hubo un giro. Los días fueron asumidos desde estrategias y decisiones colectivas, para recuperar el atraso, de modo que El Cocinero (su marca comercial) estuviera de vuelta al reino de los aceites.

VISIÓN DESDE OSCAR

Oscar Angulo Reyes es el director general de la Empresa de Grasas Comestibles, que tiene una Unidad Empresarial de Base en el municipio de Nuevitas, destinada a la recepción de buques, y donde se realizan los controles de rigor a este tipo de carga antes de su traslado por ferropailas o pipas hacia la industria, ubicada en la capital agramontina.

“En nuestra provincia se recepcionan unas 1 300 toneladas (t.) de aceite que posteriormente entregamos a otras desde Cienfuegos hasta Las Tunas, sin incluir las más de 300 t. de Camagüey, que asumimos con transporte propio. Por acá se trasiegan unas 18 000 y 4 800 se destinan para el mercado interno en divisa, que incluye desde Ciego de Ávila hasta Las Tunas, en bolsas flexibles de 500 mililitros, y bidones PET de cuatro, cinco y 20 litros, cuya distribución corre por cuenta de Ecasol.

“Luego de la escasez, durante la segunda quincena de febrero recibimos el aceite refinado traído desde Europa, y teniendo en cuenta la situación existente creamos hasta tres turnos de trabajo para recuperar las entregas atrasadas, pues con las cantidades de las que disponíamos llegábamos, en lo fundamental, a la canasta familiar”.

Con tecnología automatizada, aunque con obsolescencia, es fundamental el cuidado que se le dispensa por parte de sus trabajadores, y de un pequeño grupo de mantenimiento, los cuales hacen verdadera “magia” para mantenerlas de alta todo el tiempo.

“Mantenemos los equipos en excelentes condiciones. De producirse cualquier desperfecto, es recuperado el líquido en los soportes que tenemos, y llevado al área de los envases PET. No por gusto, en los dos últimos años resultamos el centro más productivo y eficiente entre sus similares del país”, acotó Angulo Reyes.

Los índices de consumo se ajustan a los parámetros establecidos nacionalmente, más cuando están en perfeccionamiento empresarial desde el 2015.

UN SINDICATO DE CALIDAD

Graduada en Ingeniería Química, Yosleidys Nápoles Rosabal tiene dos muy importantes tareas cotidianas: es la especialista en control de la calidad y secretaria general del Sindicato, con tres secciones sindicales que aglutinan a 114 trabajadores.

Sobre su labor profesional destacó que “diariamente está establecido realizar tres análisis sensoriales que incluyen producción, almacén y producto terminado, además de las pruebas organolécticas (color, aspecto y sabor)”.

En el físico-químico se le mide la acidez, materia volátil y el peróxido, entre otros, todo lo cual permite que llegue a sus destinos apto para el consumo, pues desde que se recepciona en Nuevitas se le somete a un riguroso examen, al existir en aquella ciudad un laboratorio con idénticas condiciones.

“Este es un aceite denso, de buena calidad para cocinar. Por cierto, aunque se dice poco, después de su uso, la grasa no debe ser reutilizada, por eso hay que emplear en cada caso la cantidad exacta”.

“Tenemos las condiciones mínimas, y más, pues las dos zonas de envasado son climatizadas, cuentan con sus baños propios, que incluyen duchas y otras facilidades. Igualmente disponemos de los medios de protección que cada área exige”.

“Este es un colectivo muy consagrado, tanto que en marzo, durante el pico, establecimos récord productivo superando las 700 t. Eso dice tanto, o más, que nuestro mural lleno de reconocimientos”.