CAMAGÜEY.- Las viejas, pero cuidadas estructuras, quizá no dejen transparentar la dinámica de La Vaquita, el emblemático establecimiento de la Empresa de Productos Lácteos de Camagüey, donde se precian de un valioso tesoro: la juventud dentro de su colectivo.

No hay espacio en ese centro en el que falten las nuevas generaciones, y ello le imprime un especial desempeño a la entidad, que durante el 2018 sobrecumplió sus planes técnico-económicos, pese a las deudas con algunas líneas de queso.

UN COMITÉ CON BUENA BASE

René Ramos Nápoles es maestro quesero del área de fundido. Lleva cuatro de sus 29 años como líder del Comité de Base de la UJC, integrado por 11 militantes. La organización, asegura, “no se pierde ninguna de las tareas, pues tenemos que ser ejemplo”.

Nuestro encuentro tiene un matiz interesante: están representantes de diversas áreas de la fábrica, esos que son bastión de la pujanza que se advierte, y que para el joven líder, “deviene un reto, y una fortaleza para continuar aumentando las filas, siempre sin perder de vista la calidad de los nuevos ingresos.

“Los horarios en ocasiones nos afectan para coincidir; sin embargo, hemos establecido mecanismos para que fluya la comunicación, que nada deje de hacerse; resulta esencial el apoyo entre los tres secretarios que tenemos”.

Léster Buil, uno de ellos, se suma al intercambio. El muchacho es jefe de brigada de fundido, y de sus 30 años lleva 13 en las filas. Quizá por esa “longevidad” en la militancia entiende que el trabajo con todo el universo joven es una prioridad, incluidos aquellos que cumplen adiestramiento o han sido trasladados de otros centros afines con carácter transitorio.

“No hay tarea que se nos escape: hemos ido a cumplir labores de apoyo constructivo en el Recinto Ferial y en Florida; tenemos presencia permanente en la campaña antivectorial. Además, realizamos eventos deportivos y trabajos voluntarios en el autoconsumo”.

Ramos Nápoles manifiesta que las dinámicas fluyen y todas las voces cuentan. “No hay problemas con la dirección, se nos escucha cualquier inquietud, cualquier preocupación, y se le presta la mayor prioridad para hallarle solución. No se descuida la atención al hombre, ni en la alimentación, ni en la entrega del aseo, ni en la ropa sanitaria. Solo tenemos inconformidades con la calidad de las botas de goma, pero se trabaja por mejorarla.

“Por nuestra parte debemos trabajar con las Brigadas Técnicas Juveniles. Tenemos que fortalecerlas, no así con la ANIR, cuyos aportes permiten enfrentar con acierto cualquier rotura o imprevisto en el proceso fabril. Hay para más”, dijo Buil.

DE LA RESERVA… Y OTROS JÓVENES

Yanet García García estudia la carrera de Ingeniería Química, aunque se graduó de Nivel Medio en Tecnología de los Alimentos; oficia como Técnica de Calidad. Tiene 25 años, y un compromiso adicional muy importante: es reserva del director.

“Claro que me dan tareas. Las tengo que compartir con mis estudios. Recibo apoyo, pero todo sin dejar de realizar mis funciones en el laboratorio, un área vital dentro del flujo de trabajo de la fábrica.

“La superación es permanente, y siempre buscamos formas de que los trabajadores se sumen, ya sea desde las prácticas internas o a través de las vías que concibe la Empresa”.

Muestra de ello es Lianet Abelarde Nápoles, operadora auxiliar de la línea de queso crema y yogur, desempeño que le permiten sus estudios de Informática. Ella cuenta que el interés esencial de sus compañeros es mantener el certificado del sistema HAPPCC, relacionado con las normas sanitarias y la inocuidad de los alimentos.

Ubicada inicialmente en la fábrica de leche en polvo, la ingeniera química Alegna Matamoros, graduada en el 2018, dice sentirse “bien acogida” en este centro, donde ha rotado por varias áreas. “Así se aprende mucho”.

Lexi Luaces, jefe del área de recibo, recién se suma. A sus 33 años, este militante de la UJC ya inició su proceso para el Partido. “Aquí no se para, el trabajo resulta constante, y hay un alto sentido de pertenencia”.

UN DIRECTOR… TAMBIÉN JOVEN

Con 36 años, el MS. c. Karel Zayas Cordoví, lleva varios meses al frente de La Vaquita, donde el 71 % de los 219 trabajadores tiene menos de 45 años, con elevada estabilidad de sus obreros, puntos que ratifican las razones de sus saldos económicos.

“Los avances en la atención general obedecen a una labor más coordinada entre todos los factores, y en la que la UJC tiene un rol protagónico. Cada decisión también los implica, pues tienen tareas específicas que cumplir para apoyar los resultados. De otra forma, no se alcanzan”.

Nuevas propuestas ya están en la cartera de esta industria, las que saldrán al mercado en el transcurso del 2019, obra también de un tesoro que tiene La Vaquita, sus jóvenes.