CAMAGÜEY.- La entrada de negros y pobres a la antigua clínica conocida como la Colonia Española, en la ciudad de Camagüey, estaba prohibida. Allí solo tenían acceso a los servicios de salud los socios de nacionalidad ibérica o extranjera, damas asociadas o niños de familias pudientes, o quienes pagaban una cuota para recibir la asistencia médica.

Evelio Álvarez Morell, técnico de laboratorio del hospital pediátrico docente Eduardo Agramonte Piña, otrora esa clínica privada, nacionalizada en Camagüey tras el triunfo revolucionario en 1959, recuerda que él mismo estaba incluido en el selecto grupo de pacientes ya que su familia abonaba por ello.

Ante la escasez de médicos y técnicos por el éxodo de profesionales del país, Álvarez Morell pasó un curso en 1963 como laboratorista, función que desempeña hasta hoy a sus 78 años de edad en esa propia institución.

Él resultó testigo y protagonista de las progresivas transformaciones que recibió la instalación para adecuarla paulatinamente a las necesidades crecientes de la población infantil de la entonces provincia de Camagüey, que abarcaba territorios de la hoy provincia de Ciego de Ávila y parte del de Las Tunas y Sancti Spíritus.

Actualmente en la región agramontina se estima exista una población de cero a 18 años, de más de 174 mil 500 personas.

EL PEDIÁTRICO EDUARDO AGRAMONTE PIÑA

Al crearse como unidad hospitalaria infantil y adolescente se inauguró con el nombre de uno de los próceres camagüeyanos de la guerra de independencia, y con los años sus servicios se fueron ampliando y dotando de moderna tecnología.

Carlos Busquet García, director del pediátrico Eduardo Agramonte Piña, destacó como ejemplos la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, que tantas vidas ha salvado a lo largo de sus 36 años de asistencia, la construcción del Policlínico de Especialidades Pediátricas en 1983, y las constantes adecuaciones al servicio de Urgencias.

La atención que brinda el centro se extiende a las provincias de Ciego de Ávila y Las Tunas en las especialidades de Neurocirugía, Cirugía Neonatal y Oncopediatría, subrayó el directivo, a la vez que valoró el amplio proceso inversionista para la remodelación de las instalaciones y equipamiento tecnológico.

En el último lustro se destinaron más de cinco millones de pesos a objetos de obra como salas de hospitalización y la de espera de familiares de pacientes graves, alojamiento para la Guardia Médica, y los departamentos de la Biblioteca y de Consulta Externa.

De igual modo, se recuperó con sus valores arquitectónicos la edificación más antigua —la cual data de los años en que funcionaba como clínica exclusiva—, y cuya obra de construcción se inició el 25 de julio de 1908, por lo que tiene resguardo debido a su valor patrimonial.

NACIONALIZACIÓN EN SERVICIO DE LA POBLACIÓN

La transformación de la mencionada clínica en el principal hospital pediátrico de la provincia, y con servicios extendidos a otras aledañas, conformó un gran colectivo de médicos, enfermeras, especialistas, técnicos y personal auxiliar y de servicios, formados en las universidades y politécnicos del sector, por lo cual hay un nivel profesional elevado.

Antes del triunfo de enero de 1959, este inmueble prestaba servicios como clínica privada a un grupo selectivo de la población camagüeyana con una base económica y discriminativa, situación que cambió con la nacionalización, rememora el Doctor José Montejo Montejo, jefe del Servicio de Neurocirugía.

EL DERECHO HUMANO A LA SALUD, PRINCIPIO DE UNA NACIONALIZACIÓN

La Revolución no usurpó nada, entregó al pueblo lo que le pertenecía para asegurar su derecho a la salud, enfatizó Montejo, quien también es profesor auxiliar de la local Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay.

Montejo Montejo evocó las palabras de Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, en su alegato de defensa La historia me absolverá, cuando habló de salud para todos, en una etapa en que Cuba registraba altos índices de niños enfermos y sin atención médica, fundamentalmente en las zonas rurales.

La realidad que conocen miles de familias de Camagüey, Las Tunas y Ciego de Ávila que han atendido sus niños en la institución y agradecen a médicos, enfermeras y el personal del mismo su salud, es una y coincide con lo expresado por el doctor Montejo: el servicio que se presta actualmente aquí no es para lucro de nadie, sino para brindar asistencia médica gratuita a todos los infantes que la requieran.