CAMAGÜEY.- Ochenta y seis años han transcurrido desde que un ciclón envolviera en una tragedia al poblado pesquero de Santa Cruz del Sur, el 9 de noviembre de 1932, con un saldo superior a las 3 000 víctimas.

Este gráfico recoge el análisis de superficie del huracán catorce de la temporada de huracanes del Atlántico de 1932 en el Caribe occidental.Este gráfico recoge el análisis de superficie del huracán catorce de la temporada de huracanes del Atlántico de 1932 en el Caribe occidental.

En su blog CartaCuba, el colega Eduardo Labrada Rodríguez, hace referencia a que en la madrugada de ese día (miércoles) uno de los huracanes más violentos conocido por la historia de la meteorología cubana, penetró por un punto situado a unos 60 kilómetros al oeste de la población sureña y salió por las inmediaciones de la bahía de Nuevitas, en la costa norte de la provincia.

Vientos de más de 270 kilómetros por hora causaron enormes pérdidas de vidas y daños materiales en la provincia. El mar, impulsado por los vientos, penetró con olas de hasta tres metros de altura unos 25 kilómetros tierra adentro, causando en el primer impacto la muerte a 2 700 personas en el municipio de Santa Cruz del Sur.

La vida impone hechos inauditos. Poco faltó para que otro 9 de noviembre, pero del 2008, se repitiera un severo fenómeno meteorológico. El día 8, a las 7:00 de la noche, el huracán Paloma impactó en territorio camagüeyano por Santa Cruz del Sur, con vientos de 195 kilómetros por hora y rachas superiores.

El meteoro causó severos destrozos en inmuebles ubicados en las cercanías del litoral, pero por suerte, los habitantes se refugiaron en lugares seguros en casas de familiares y otros fueron trasladados para albergues en la capital provincial.

Esta embarcación fue hallada cinco kilómetros tierra adentro.Esta embarcación fue hallada cinco kilómetros tierra adentro.Con los años los santacruceños se han habituado a permanecer lejos del litoral en momentos de eventualidades como estas, en respuesta al llamado de la Defensa Civil, con independencia de que la Revolución concibió la construcción de edificios multifamiliares alejados del mar.

Por la cercanía con el nuevo aniversario de la tragedia de 1932, Adelante Digital contactó con el Doctor José Rubiera, unas horas antes de emprender viaje hacia el exterior el destacado meteorólogo ofreció sus opiniones de los efectos del cambio climático en las variables del tiempo.

—A su juicio, a la luz del fenómeno de 1932 y del cambio climático considera que pudiera repetirse el fenómeno de esa época, ahora y con más severidad. ¿Cuál es su percepción al respecto?

—Pueden ocurrir huracanes tan severos como ese o más severos aún, eso no puede descartarse, mucho menos ante la perspectiva de un cambio climático.

—¿Cómo cree que puedan atenuarse las consecuencias de fenómenos catastróficos como los huracanes?

—Con medidas de adaptación y prevención, como las que ejecuta Cuba, con el énfasis en la preparación, la educación, la información, y estudios previos de vulnerabilidad y riesgos.

—¿Qué importancia le concede a la prevención por parte de la población para evitar males mayores?

—La prevención es fundamental, y ello influye en gran medida en la educación, en la preparación, y muy especialmente la información por especialistas en tiempo real, para informar del huracán, con el uso de un vocabulario popular y comprensible a todos, sin emplear tecnicismos, sino palabras llanas y simples.

“Eso hace que todo el mundo siga la información y esté informado, lo que contribuye a la percepción del riesgo que haga más expeditas las medidas de protección”.

El 30 de noviembre vence la temporada ciclónica. Por su experiencia y estudios cree que antes de terminar el período ciclónico puedan aparecer huracanes de intensidad sobre nuestra región.

—Es ya difícil, porque las condiciones meteorológicas no son propicias ahora para ello. Sin embargo, la naturaleza hace sus cosas.... ¿podría pensarse en un ciclón tropical con clasificación de huracán categoría 3 azotando a las islas centrales de las Antillas Menores un día primero de enero? Pues sí, fue el huracán Alice de 1955, el primero de la lista de ese año..... y todavía no había calentamiento global.

Todo lo que se haga es poco para evitar que la tragedia de 1932 vuelva a golpear en la memoria de los santacruceños.