JIMAGUAYÚ.- La Unidad Empresarial de Base (UEB) Maraguán, antes empresa ganadera con igual nombre, muestra esa mezcla de experiencia y juventud propio de quienes llegan a las cuatro décadas. La UEB, que se convertirá en cuarentona en enero del 2020, ha vivido en el último quinquenio una etapa intensa de transformaciones.

Con 253 trabajadores ubicados en 52 colectivos laborales, sigue siendo bufalina por excelencia. Su principal misión la constituye la mejora genética del búfalo y tiene la responsabilidad de producir los sementales de esa raza que demanda la zona oriental de Cuba.

La “niña de sus ojos” es, sin dudas, la Unidad de Feria con prueba de comportamiento, donde se estudian y seleccionan los ejemplares. Le ha ganado desde el 2006, de la mano de Luis Yáñez Viamontes, alrededor de 400 premios en ferias ganaderas a lo largo y ancho del país.

Otro compromiso inquebrantable es la producción de leche de búfala. Para este año sus planes ascienden a 600 000 litros, de ellos 522 000 para la industria láctea camagüeyana. Según afirmó su director Alexis Tornés Rodríguez, atendiendo a los nacimientos actuales y a la incorporación por primera vez de seis vaquerías al doble ordeño, se llegará sin problemas a lo pactado.

Como resultado del Proyecto Cárnico Camagüey, la UEB recibió en el 2014 una donación venezolana de seis tractores, una pala frontal, dos carretas, una sembradora, una abonadora y una chapeadora, equipos que hacen posible garantizar el 83 % de la alimentación que demandan los poco más de 3 000 búfalos que poseen.

Carlos Michel, Yunieski, Braudilio y Roberto, trabajadores de la base Maraguán, lamentan que hasta ahora no han encontrado un destino para la carbonilla y tienen que desecharla.Carlos Michel, Yunieski, Braudilio y Roberto, trabajadores de la base Maraguán, lamentan que hasta ahora no han encontrado un destino para la carbonilla y tienen que desecharla.

NUEVOS DESAFÍOS

La producción de carbón vegetal para exportar resulta un nuevo reto que asumió hace tres años. Hoy tiene dos bases, una en La Yaya, con 37 productores, y otra en Maraguán, con 20. A pesar de que desde el inicio el incremento en los volúmenes del combustible natural ha sido constante, aún su colectivo tiene el sinsabor de no poder cumplir con los 28 contenedores pactados para este período.

Para llegar a esa meta, su principal carta es la atención a los trabajadores, los que, junto a la remuneración en las dos monedas, reciben módulos de aseo personal y la posibilidad de comprar algunos productos cárnicos.

Tornés Rodríguez aseguró, además, que otro de sus desvelos es rescatar la cría de carneros. “El sueño es que lleguemos a 57 000, como los hubo en la década de los ‘80. Eso no va a ser de inmediato, pero trabajamos en ello. Ya tenemos las primeras dos naves diseñadas para 600 hembras y un laboratorio para rescatar el programa de inseminación.

“Se suma el fomento de cría de conejo, que comenzó con diez animales y ya cuenta con 300, además de la de cerdo en menor escala. Los destinos fundamentales del ganado menor son la comercialización para el turismo, el autoconsumo, y también llevamos animales a las ferias agropecuarias que se realizan en Camagüey algunos fines de semana”.

Carlos Michel, Yunieski, Braudilio y Roberto, trabajadores de la base Maraguán, lamentan que hasta ahora no han encontrado un destino para la carbonilla y tienen que desecharla.Carlos Michel, Yunieski, Braudilio y Roberto, trabajadores de la base Maraguán, lamentan que hasta ahora no han encontrado un destino para la carbonilla y tienen que desecharla.

DE HOYO SOLO QUEDA EL NOMBRE

Según nos contaron Adelaida y Roberto, el polo productivo El Hoyo tenía bien puesto el nombre cuando ellos comenzaron a trabajar en el 2011. “Esto estaba lleno de marabú. Ella y yo, con una yunta de bueyes, fuimos poco a poco limpiando, preparando y sembrando. Adelaida me ayudaba lo mismo a guiar a los animales, que a tirar o a tapar las cepas.

“Al inicio teníamos solo una caballería y ya son siete, sembradas al 90 %. Un día vinieron las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia y vieron el trabajo serio que teníamos aquí y nos han ayudado muchísimo con algunos recursos imprescindibles para poder producir más. De las 23,5 hectáreas que tenemos sembradas solo llegamos con el riego a una. Nuestro anhelo es poder extender la capacidad de riego para tener mejores resultados”, rememora Roberto Pérez Concepción, jefe de la brigada número 1 de la UEB.

A pesar de los estragos que hizo el huracán Irma en los cultivos, ya desde hace algunos meses están entregando 30 toneladas de alimentos mensuales, las cuales están contratadas con Acopio el 70 % y el resto se destinará al autoconsumo y el abastecimiento del Orquidiario de Camagüey.

“El secreto para mantener los resultados es la constancia y la seriedad en el trabajo. Tenemos el primer lugar en las producciones de Cultivos Varios de Flora y Fauna en la provincia y nos declararon finca XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba”, apunta orgulloso Pérez Concepción.

Mucho sudor y consagración de su gente hacen posible los resultados actuales de la UEB Maraguán, la que casi en sus 40 tiene como prioridad mantener e incrementar la diversificación de sus producciones para aportar más a la economía del país y a la alimentación del pueblo.

Cada rollo de pasto que sale de la cosechadora pesa aproximadamente 500 kilogramos, los que pueden durar largos períodos si se conservan adecuadamente.Cada rollo de pasto que sale de la cosechadora pesa aproximadamente 500 kilogramos, los que pueden durar largos períodos si se conservan adecuadamente.