SANTA CRUZ DEL SUR, CAMAGÜEY.- Porque Santa Cruz del Sur no es pesca nada más, este pueblo sureño se empeña, contra viento y marea, en diversificar sus producciones también en tierra firme. No solo del mar se puede vivir y esa parece ser la máxima que los impulsa a buscar variantes, a intentar cerrar ciclos productivos que comiencen en la tierra, acaben en la industria y lo que se produzca ponerlo a disposición de ellos mismos.

Y aquellos que detrás de una moderna máquina Siemens, ignorando lo ruidoso de una planta con varios años de explotación, se saben con la responsabilidad de producir buena parte del pienso que se utiliza en el país para garantizar el programa nacional de la acuicultura.

Adelante Digital pretendió romper las rutinas de la Empresa Pesquera Industrial (Episur) y de la UEB Fábrica de Pienso (Alisur), sin embargo, eso fue prácticamente imposible, mientras este equipo recorría las áreas de producción, nadie miraba a los intrusos, todos seguían concentrados en su labor como quienes no tienen mucho tiempo que perder.

PESCANDO ALTERNATIVAS

Aún con sus detractores, la minindustria de alternativas alimenticias de Episur demuestra que no era descabellado el sueño de tener una planta dedicada a procesar productos agrícolas, convertir el amargo tamarindo en un delicioso y perseguido jugo o el maíz excedente en el municipio convertirlo en tamal enlatado, parecía cosa de locos. Pero unos bien cuerdos lograron, en solo 30 días, convertir una vieja e inutilizada nave de la empresa en una planta capaz de producir más de 24 productos.

“El apoyo de los propios trabajadores, el ingenio de los innovadores y mécanicos nuestros ha permitido poner en explotación máquinas que para muchos ya no servían, e inventar otras de acuerdo con las necesidades que fueron surgiendo”, explicó Osmani Barreiro Consuegra, director de Episur.

William Pérez, tornero de la industria, es uno de los padres de la máquina que según él mismo explicó se asemeja a las domésticas que se utilizan en las casas para moler carne, esta en una proporción industrial y ha sido fundamental para echar adelante la idea.

Para el jefe de la planta, Arelio Reyna Campos, la fórmula perfecta está en seguir creando, “hemos hecho ya hasta boniato prefrito, papa, los jugos que son muy demandados, tostones, todo con la idea de ponerlos a competir en el mercado, ofertarlos en nuestras pescaderias como un producto más. Cada uno tiene bien calculado su ficha de costo y somos muy rentables.

Según aclaró Osmani Barreiro, la planta es también muestra de lo que se puede hacer con el 1 % de la contribución territorial. “Nosotros somos de los que más aportamos en el municipio al 1 %, por tanto el Gobierno decidió darnos parte de ese presupuesto para comprar las selladoras de latas y la despulpadora, imprescindibles para poder incrementar las producciones y por tanto aportar más a la contribución para el desarrollo local”.

Las producciones pudieran incrementarse si tuvieran suministro estable de materias primas, algo que no sucede porque según los entendidos en la materia este no es su objeto social, tienen entonces que “aruñar” los excedentes en el campo. Más de 108 toneladas de alimentos salidos de la miniindustria, 2 millones de pesos en ventas y la satisfacción de todo el que prueba los productos demuestran que no estaban tan locos aquellos que soñaron y no se rindieron para sacar adelante el proyecto de alternativas alimenticias de Episur.

ALISUR SE SABE CUBA

Con dos líneas productivas, una de pienso peletizado y la otra de extrusado, la Fábrica de Pienso de Santa Cruz del Sur piensa cumplir las 9 500 toneladas fijadas en su plan para este año, pero este número no los asusta, pues en el 2017 lo sobrecumplieron y fueron reconocidos por la eficiencia y la calidad del producto.

Diseñada inicialmente para 2.5 toneladas por hora, hoy los más de 100 trabajadores, divididos en tres turnos, realizan entre 30 y 40 toneladas por turno. Esto unido al interés de Propes, grupo que dirige las producciones pesqueras en Cuba, por mejorar el transporte con 3 carros nuevos y un número similar de remotorizaciones, hacen que esta industria sureña tenga potencial para seguir creciendo.

Un 90 % del proceso productivo está automatizado y según explicó Juan Batueca Zamora, jefe de producción, de acuerdo al estadío de los peces así será la fórmula. Inicialmente concebida para hacer pienso de camarón, sin embargo, Cuba no podía importar los aditivos necesarios, y a Fidel se le ocurrió utilizarla entonces para la acuicultura, “hoy, gracias al Comandante en Jefe, la fábrica tiene una segunda vida”.

En el mundo lo que se usa para la acuicultura es el pienso extrusado, pues se aprovecha mucho más por el pez y es superior la masa que se obtiene con una tonelada de este tipo. “Por eso esa es la apuesta, ya tenemos montada la línea, con algunas dificultades, principalmente en la caldera, pero poco a poco se irán incrementando los niveles de producción”, dijo Alberto García Olazábal, especialista de mantenimiento industrial.

Para Ramón Alcalá, fundador de la fábrica, hay pocas cosas más importantes que sentarse frente a la computadora y operar desde allí todos los procesos de la institución. “El país le ha puesto dinero a esto, hoy se invierte en mejorar el proceso productivo, piezas que en su mayoría tienen casi 30 años de explotación”.

Abel Suárez Cabrera, director de la UEB Fábrica de Piensos Alisur, ya piensa en el futuro, y lo hizo en voz alta para Adelante, “estamos esperando equipamiento nuevo que nos permitirá mejorar calidad y rendimiento, todo lo que necesitamos para seguir haciendo de esta fábrica una de las mejores de Cuba”.

Los santacruceños conocen muy de cerca la fuerza de los huracanes, quizá por eso se levantan todos los días a convertir en realidad una nueva utopía, demostrando que ellos son más que pescado y mar, es un inmenso esfuerzo colectivo por echar pa´lante también en tierra firme.