CAMAGÜEY.- Cuando el teniente coronel Fidel George Pérez habla de los combatientes dedicados al restablecimiento, mantenimiento y reparación de las vías férreas lo hace pensando no solo en los de Camagüey, sino en los de los once campamentos de esta fuerza, diseminados también en las vecinas regiones de Ciego de Ávila y Las Tunas.
El titular de la jefatura territorial esperaba en minutos desarrollar una reunión de trabajo con todos los mandos, pero antes accedió a caracterizar la responsabilidad del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) en la atención de los 286 kilómetros de líneas ferroviarias, desde Ciego de Ávila hasta Las Tunas.
El gato hidráulico, uno de los medios que utilizan.
La prioridad en estas faenas, que se inician temprano, es el circuito central, sin desestimar los ramales secundarios, en cuanto a cambiar raíles, alinearlos, engrase de tornillos y chapea de las malas hierbas, entre un número amplio de actividades.
“Esto posibilita que los trenes de diferentes designaciones corran a la velocidad establecida y requerida por la economía interna del país, de ahí el papel de nuestros soldados, sargentos, y el cuerpo de oficiales”.
La importancia de este medio de transporte, vista en dos sentidos, el primero en el plano económico y el segundo en el aspecto social en su capacidad de mover a la población hacia distintos destinos en el país.
El mejoramiento de las líneas requiere de un gran esfuerzo, de ahí la importancia de contar con jóvenes que a la vez que cumplen el Servicio Militar Activo reciben una formación que los vincule a este vital sector en el futuro de manera permanente, de ser de su interés.
Dormitorio con buenas condiciones y televisor de pantalla plana.
EN EL ESCENARIO DE LAS ACCIONES
La suerte acompañó a los jóvenes la mañana y parte del mediodía. El sol estaba casi oculto. Para ellos resulta una dicha trabajar en esas circunstancias, sin la intensidad de sus abrasadores rayos, con menos fatiga y la posibilidad de desplegarse entre los rieles con mayor rapidez.
El patio de los talleres ferroviarios era el escenario de operaciones de un pelotón de soldados del EJT de la compañía número uno, bajo el mando del capitán Yunier Marrero Raventós.
En el grupo contamos más de un combatiente que espera el 18 de abril como una buena nueva, fecha de la baja del Servicio Militar Activo, pero sin mermar ni un ápice en el aporte que brindan al mantenimiento y reparación de las vías férreas. Es el transporte más económico.
La ubicación de la jefatura territorial del EJT Centro-Este (abarca Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas) resulta poco conocida. Es parte del conjunto de instalaciones que conforman el triángulo ferroviario: terminal de ferrocarriles, talleres, y el centro de carga en el viejo camino de Nuevitas, muy próximo al reparto Los Coquitos.
Los jóvenes, a pesar de ser un trabajo fuerte el que realizan, muestran optimismo y alegría.
A Rey Andrés Maceo Flores lo hallamos azadón en mano, eliminando malas hierbas; una de las tantas labores que realizan estos muchachos que, cuando salen al escenario de trabajo, se hacen acompañar de guantes, gato mecánico de levante, martillo de vía, tenaza de traviesa, llave T y medios de protección como espejuelos contra impactos, faja lumbar y polainas.
Antes de ingresar al EJT como soldado, el 18 de abril del 2016, Rey, residente en el reparto Sánchez Soto, en la ciudad de Camagüey, era ayudante de operador de audio. Considera que su permanencia en la institución le ayudó mucho: aprendió a arreglar vías, cambiar traviesas, raíles, tornillos y “con muy buenas condiciones en el propio cuartel donde dormimos, que cuenta hasta con televisor de pantalla plana”.
Eddy Ernesto Eddy Ernesto Echevarría Álvarez recientemente tuvo una experiencia inolvidable como integrante de la Columna Nacional del EJT, formada para saludar el cuadragésimo quinto aniversario de la institución, que se cumple el próximo 3 de agosto: pudo ascender al Pico Turquino, el mismo escenario en el que Fidel libró las batallas para liberar a Cuba.
“Pienso no tenerle miedo a ningún trabajo cuando termine aquí. Es posible que me quede en la distancia, por mi formación anterior de técnico de viales”, aunque ninguno de los miembros de su familia es ferroviario.
A los muchachos que concluyen el Servicio Militar se les realiza una inserción laboral previa al licenciamiento, con la posibilidad de elegir la carrera que quieren, incluso, de capacitarse en la capital por la práctica que tienen del trabajo en las vías.
Héctor Amaya Zamora piensa que el EJT lo fogueó en el trabajo “y a ponerte metas, a veces crees que no vas a terminar, te esfuerzas al máximo, pegado allí, y lo logras, y orgulloso dices: coño... acabé”.
Como Zamora, otros opinan que “aquí se aprende a ver la vida de otra manera, en el sentido de responsabilidad y por el hábito que te creas, levantándote a las cinco de la mañana. ¿Me entiende?”.
Mapa de los territorios que abarca la jefatura.