FLORIDA, CAMAGÜEY.- Desde su surgimiento, la entonces Fábrica de Sorbitol de Florida, hoy área perteneciente al central Argentina, estuvo marcada por la juventud. Su construcción en el año ‘89 se convirtió en una obra de choque para los jóvenes floridanos. La industria formaba parte de un proyecto más ambicioso, personalmente impulsado por el Comandante en Jefe, quien pretendía construir en ese territorio camagüeyano un complejo químico de derivados del azúcar; sin embargo, el sueño se truncó con la caída del socialismo en Europa.

Horas y horas de trabajos voluntarios permitieron acabar la única sobreviviente de aquel proyecto, y la única de su tipo en el país. Si jóvenes eran quienes la echaron a andar y ya peinan canas, jóvenes son también los que llevan hoy sobre sus hombros el peso productivo en los tres turnos de labor.

UNA MIRADA AL PRODUCTO

El sorbitol al 70 % se utiliza generalmente como laxante y constituye una materia prima para la obtención de vitamina C; no obstante, en Cuba, según explicó el Ingeniero Químico Ángel Joseph Marshall, jefe de producción del área, su mayor utilidad es en la confección de cremas dentales. “También se utiliza en los jabones, en los cosméticos, en los helados, para mantenerlos cremosos y que no se cristalicen”,  y aclaró que químicamente el sorbitol sale de insertarle a la molécula de glucosa, a través de un catalizador, una molécula de hidrógeno.

En el proceso de producción se obtiene también la fluctuosa, que se utiliza en la elaboración de siropes. “Esto permitió el año pasado, aunque tuvimos problemas con el Sorbitol, cumplir los planes de venta por el concepto de sirope saborizado”, enfatizó Osvaldo Reyes Díaz, jefe del área.

“Nuestra planta ha logrado estabilizar los niveles de calidad, al punto de que se utilizó  en la fabricación de vitamina C, y exportamos el sorbitol nuestro a algunos países del Caribe. Hoy no podemos soñar más allá por la inestabilidad con la entrada de glucosa, aunque se tienen proyectos de construir aquí mismo, con inversión extranjera, una planta para la producción de esta materia prima esencial y así dependeremos de nosotros mismos”, adelantó Reyes Díaz.

Los secretos a voces para mantener la seguridad en las operaciones, la calidad de las producciones y el buen estado de la tecnología, a pesar de tener ya unos años de explotación, son la exigencia de una disciplina tecnológica y el cumplimiento estricto de las indicaciones que dio el fabricante hace 27 años, además de las innovaciones. Esto obliga a mantener una comunicación directa entre los fundadores y los más jóvenes.

MARCA JOVEN

En los jóvenes descansa buena parte de la responsabilidad de producir las 1 000 toneladas de sorbitol y las 3 000 de fluctuosa refinada planificadas para el 2018. Sobrepasar las 500 toneladas del año anterior es la meta, aunque los buenos números de este primer trimestre auguran, de mantenerse la entrega estable de la materia prima, que se puede cumplir la totalidad del plan.

Mucho han tenido que ver los hombres y mujeres menores de 35 años en la batalla por diversificar las producciones con el fin de evitar una afectación al salario de los trabajadores. Cumpliendo los planes, esta fábrica floridana debe ahorrarle al país entre 600 000 y un millón de dólares por concepto de importación de su producto estrella.

Mientras llegan las inversiones extranjeras y la necesaria renovación tecnológica, Melquen Sardiñas Gómez permanece sentado durante ocho horas delante de un televisor LG acoplado a un teclado similar a los de las computadoras. Desde allí controla casi la totalidad del flujo productivo de la planta. Para este joven de 33 años no existe nada más importante que venir a cumplir diariamente con su parte del deber.

Tener tanta responsabilidad no le ha privado de ser joven, explicó que le gusta compartir con sus compañeros, amigos y seres queridos, pero todo después que acaba de mover sustancias de un tanque para otro. “Tengo que estar al tanto,porque desde que entra la materia prima y su paso por las distintas unidades, todo tiene que ver conmigo, el flujo de la fábrica está en mis manos”.

Junto a Melquen labora el joven de 22 de años, Asiel Cobas Matos. Él, por su parte, lleva el control de las unidades auxiliares, y no por auxiliares dejan de ser importantes, él controla los niveles de agua, de aire, la concentración del sorbitol y la fluctuosa, entre otros procesos. “Me siento más que importante, porque sin esas unidades la planta no trabaja. A veces me choca, pues en varias ocasiones me pierdo las fiestas del pueblo o de los amigos por estar trabajando”, refirió quien es estudiante de la Licenciatura en Contabilidad.

Para Daliane Rodríguez Coronel, contadora y secretaria general del Comité de Base, la clave es la motivación. “Buscar cómo motivar a los 24 jóvenes de la entidad es tarea diaria para quienes dirigen la juventud en Sorbitol. Nos acompañamos en todo, y eso hace que se sienta mucho más el quehacer juvenil aquí”, resaltó quien en el 2017 resultó electa delegada al XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Sochi, Rusia.

Como una bendición de algún ser especial parece haberle llegado este cuño al área perteneciente al central azucarero Argentina. Ellos son pocos, pero rinden por cientos, y hacen que el sorbitol cubano lleve marca joven.