CAMAGÜEY.- El oficio de repasador es casi tan viejo como el magisterio, comenta una señora que asegura conocer esa modalidad desde su infancia.

No obstante, fue a partir del 2013 cuando el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social reglamentó las resoluciones No. 41 y 42 que integraron dicha alternativa al nuevo modelo de gestión económica.

Con una cuota mínima mensual de 60 pesos, quienes se amparan en esa actividad deben ejercitar a los estudiantes en materias impartidas en el sistema nacional de Educación de cualquier nivel, y garantizar su preparación para el ingreso a cursos superiores.

Sin embargo, los repasadores, en ocasiones, dejan de verse como una forma de apoyo, al asignarles funciones correspondientes a los centros escolares.

UNA VÍA ¿OPCIONAL O NECESARIA?

Ante la interrogante de por qué acude a los repasadores a pesar de los gastos, Nineska Figueredo Morgado, madre de una alumna de preuniversitario, aseguró que con ellos aprenden muchísimo.

Jesús Ramos Parker, recién graduado de la Enseñanza Media Superior, afirmó que no siempre son necesarios, pues él tuvo una preparación excelente en su escuela, que lo ayudó a obtener la Licenciatura en Economía. “Las atenciones diferenciadas fueron de gran calidad, los profesores son muy buenos y recibíamos clases de lunes a sábado”.

Yuri Hernández Varela obtuvo la carrera de Ingeniería Informática con notas satisfactorias y confesó necesitar un repasador de Español porque no atendía a las clases, aunque su profesora era excelente.

Linnet Fonseca Molina, graduada de Bachiller, señaló lo importante de la autopreparación, a lo que ella atribuye su capacidad de prescindir de repasadores particulares. Según la joven algunos de sus compañeros acuden a esa vía porque desean profundizar conocimientos y, otras veces, para cumplir con las exigencias de sus padres.

SIN MAESTROS… IMPOSIBLE

Hoy el déficit de maestros resulta la principal causa que afecta la calidad de la educación y se evidencia en la enseñanza preuniversitaria.

En la particularidad de Camagüey, Julio Hernández Fábregas, jefe de departamento de Preuniversitario de la provincia, explicó que para el inicio del presente curso escolar la fuerza docente tuvo un faltante de 1 400 profesores, y en lo correspondiente a los preuniversitarios, una carencia de más de 180. También puntualizó que Matemática y Física, asignaturas de mayor dificultad para los estudiantes, son las más afectadas. A los problemas con la cobertura pedagógica se suma la desmotivación con respecto a estudiar o ejercer el magisterio.

Roxana Hernández Almoguera, profesora de Español-Literatura en el preuniversitario Rafael Guerra Vives, considera que el factor económico (los bajos salarios) influye en la decisión para optar por carreras pedagógicas, al igual que la falta de ejemplaridad de algunos profesionales de la educación y la carga docente acumulada.

A pesar de la ayuda del contingente Leonela Relys Díaz, de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, y la reincorporación de maestros jubilados, todavía no se suplen las necesidades de los estudiantes, cuya presencia en los repasos particulares se incrementa.

Según Jeannette Casanovas Cossío, subdirectora de empleo de la Dirección Provincial de Trabajo, Camagüey contaba en julio del 2017 con 65 repasadores autorizados.

¡YO SOY REPASADOR!

El repasador no tiene por qué ser mal visto, siempre que practique su profesión con respeto, ética y apegado a las leyes.

Romar Estrada Casas, maestro jubilado, hoy repasador, es una prueba de que esa forma de trabajo por cuenta propia puede ser respetada y útil a la sociedad. En su casa de repaso, la fila de estudiantes llama la atención por el número y la puntualidad.

Lleno de orgullo dio a conocer los resultados de su proyecto educativo, con el cual preparó a casi 250 alumnos con vistas a las pruebas de ingreso a la Educación Superior y de ellos solo cuatro desaprobaron.

Romar opina que ante la posibilidad de los repasadores, algunos padres delegan su obligación con el autoestudio de los hijos. En ocasiones ni asisten a la escuela para preocuparse por el desempeño académico de los muchachos y exigen un esfuerzo mayor una vez que pagan por el servicio, “inversión” que esperan recuperar con notas sobresalientes.

LA ÉTICA ANTE TODO

Una de las ilegalidades en torno al empleo de repasador es el comportamiento antiético de quienes, de forma indebida, cobran las consultas en sus hogares, mientras mantienen vínculo con el sistema educacional.

“No es una actitud correcta ni adecuada a los principios de nuestra sociedad”, considera Laudelina Pérez, directora del pre “Guerra Vives”. Esa actuación no incluye a la generalidad de los docentes, porque en su experiencia ha conocido a muchos profesores que reciben a sus alumnos a cualquier hora con la mejor disposición y totalmente gratis.

El jefe de departamento de Preuniversitario, Hernández Fábregas, aseguró que Educación impone sanciones a quienes incurren en esas ilicitudes.

PARA UN CAMBIO DE ESCENARIO

Acerca de las acciones para un vuelco al escenario actual, Fábregas mencionó el entrenamiento individual vespertino, simulación de una prueba de ingreso. También la capacitación mensual de los docentes de duodécimo grado, el incremento del horario de autoestudio y un mayor uso de los recursos informáticos y medios audiovisuales.

Señaló que se contratan profesionales de ramas afines a las asignaturas impartidas e insisten en la creación de aulas pedagógicas. “Este curso, 400 estudiantes continuaron estudios en carreras pedagógicas en el territorio, y en algunos municipios se preparan educandos de onceno grado para optar por esa vía”.

Resulta indispensable reforzar el trabajo para formar maestros mejor preparados y dispuestos a defender la ética. Así, la decisión de los estudiantes ante la alternativa extraescolar será solo para consolidar los contenidos recibidos en clases, no para suplantarlos.

No se trata de una competencia de opuestos para hacer frente a los problemas actuales de la educación: el sistema nacional de enseñanza, la familia y los repasadores deben trabajar juntos en pos de la calidad de la formación de las nuevas generaciones.

*Premio en el concurso para estudiantes de Periodismo en el Coloquio de la Prensa Escrita 2017.