FLORIDA, CAMAGÜEY.- Las huellas de Irma son visibles en Playa Florida, asentamiento de pescadores que pudo ser arrasado totalmente por la penetración del mar y donde es reportada, dolorosamente, la afectación total o parcial de importantes de sus recursos, por la falta de percepción de riesgo de pobladores que se confiaron y dejaron las pertenencias.

La etapa de recuperación se acentúa, pero queda mucho para que Playa Florida vuelva a ser lo que fue, punto de atracción de bañistas y de hombres y mujeres que se dedican a la captura de especies marinas de escama y de ostiones que se crían en los manglares y (qué) sufrió severa afectación.

Una parte del vial de 40 kilómetros que conduce desde la ciudad de Florida al entorno marino muestra baches por tramos, pero la aparición de una motoniveladora inspira confianza en que mejore y así se acorte, aunque imaginariamente, la distancia hasta allí al poder imprimir más velocidad a los vehículos.

Los niños han retornado a la escuela, otras personas todavía sacan al exterior los colchones y televisores para que cojan sol y eliminarles la humedad, pero no prima el desánimo, sino la voluntad de recuperar y aprovechar todo lo que sea posible.

De paso hacia la cooperativa pesquera, ya dentro de la comunidad, una familia coloca tejas en una de las cubiertas y gran cantidad de moradores van embullados hacia el ranchón de guano, que quedó casi intacto, a ver a la brigada de artistas nacionales, encabezada por Tony Ávila, que viajó a este paraje para traer alegría y espiritualidad.

Mientras esto sucedía, Yusmery Guevara Núñez, directora en funciones de la Unidad Empresarial de Base de la Pesca Playa Florida, explicó a los periodistas que con la ayuda de sus colegas santacruceños devolvieron la vitalidad al techo de la nave de la industria, anuncia que la fábrica de hielo funciona para preservar las capturas que han ido en ascenso, con un acumulado importante, mientras cinco embarcaciones se hicieron a la mar.

“Sí, sufrimos daños, perdimos la edificación de la fábrica de hielo, el taller de maquinado y parte del techo de la industria”.

A Yusmery le gusta mucho el mar y poco la tierra; de sus 42 años, desde los 19 empezó en las faenas de la pesca como especialista de producción. Es madre de dos niños y vive con el padre de 85 años. No pensó nunca que el mar entrara con esa fuerza y destruyera tantas cosas, subió un metro y medio o más allí, que es el lugar más bajo de la playa. Sintió temor por lo rápido que subía el agua, pero con cierta confianza de que no llegaría al lugar alto donde estaba, a tres o cuatro metros sobre el nivel del mar.

Ella confirmó que la población de Playa Florida no tuvo percepción del riesgo. “Sí tuvimos tiempo de llevarnos todo, nos pusieron los carros, todas las condiciones. Pero nos confiamos en que no iba a entrar en esta magnitud el agua”.

Irma se ensañó en el norte, sin embargo, vimos que en Playa Florida, al sur, hizo sus estragos con una magnitud nunca vista, según los testimonios de los moradores del lugar.

La directora en funciones de la Unidad Empresarial de Base de la Pesca no quiso que nos fuéramos sin ver lo que quedó del faro, levantado a una distancia de unos 300 metros con torres de fibra de plástico, base de cemento y de hierro, traído a tierra y que sirve de guía para alertar a los pescadores de un bajo de arena.

 No hay tiempo que perder en colocar las tejas.No hay tiempo que perder en colocar las tejas.

La fábrica de hielo para presrvar la captura quedó en pie y el resto de las instalaciones en su alrededor cayeron.La fábrica de hielo para presrvar la captura quedó en pie y el resto de las instalaciones en su alrededor cayeron.

Ni ellos mismos lo creen que la fuerza del mar haya destruido esos muros.Ni ellos mismos lo creen que la fuerza del mar haya destruido esos muros.