BRASIL, ESMERALDA.- Para Melba la zafra es más difícil y me cuesta creerle por el descomunal encargo de construir 83 casas en el barrio de Moscú, aunque sus hombres tengan el rostro curtido por el sol, pero esos brazos que cuajan el misterio del azúcar no suelen lidiar con horcones ni tablas de palma a golpe de martillo.

Melba García González tiene un cargo, Directora Adjunta de la Empresa Azucarera de Camagüey, sin embargo su rango milita como rodilla en tierra, compulsada por el lazo de su gremio, lo que significa que tiene en sus manos la fuerza de ocho centrales para hacer la contienda necesaria en esa localidad al norte de la provincia.

Lágrimas y mucho escombro encontró allí cuando llegó el 11 de septiembre, justo los resortes para edificar las 83 viviendas derrumbadas, de las 142 afectadas por el huracán Irma en el Moscú donde, a pesar de todo, a Melba parece dolerle ni un hueso: “Ha sido un tema de campaña. Esto se parece bastante a la zafra...”

ROLANDO, EL JEFE DE PELOTÓN

También para Rolando Chirino Fagundo, esta tarea no alarma sus olímpicos rendimientos de rutina, como jefe de pelotón de preparación de suelos del central Batalla de las Guásimas, y con cara de ver en mí a soberana neófita casi que me insta a corroborarlo con los colegas del Siboney, Cándido González, Panamá, Carlos Manuel de Céspedes, Argentina, Ignacio Agramonte y del propio Brasil.

Adelante Digital lo encontró en una de las más de 62 viviendas iniciadas del renovado Moscú, aunque lo del inicio es puro término burocrático porque unas cuantas en apenas una semana ya tenían techo y se les fundía el piso.

“Estamos acostumbrados al trabajo. Para nosotros la zafra es más difícil, porque son 150 días. Los azucareros somos una sola familia. Vinimos a ayudar a los brasileños, porque son los que están en desgracia”, entonces me confirma que no piensan en el regreso a su casa y le creo porque con la mirada Rolando habla con tensón.

IDALMIS, DE LA SAZÓN

Cuando llegamos a Moscú, en la búsqueda de Melba, Idalmis Serrano Martínez no dudó en invitarnos al comedor donde ayuda a elaborar en pleno campo la comida para los hombres del “Batalla”, quienes no andan con lloriqueo ante la ausencia de sombra ni por las condiciones mínimas para el descanso en la noche.

Ese mañana había cocinado para 120 comensales, los vertientinos que levantan el nuevo reparto a la entrada de Brasil, pero esa cifra no pareció alarmarla, porque en tiempos de la contienda, a orillas de los cañaverales, en esa mole de yerro ha preparado alimentos para 230 raciones que sustentan la faena y la fatiga de gente de extraordinaria capacidad física, he ahí la humildad que se hace con la propia luz.

Pero en vez de la sazón, Idalmis elije otros condimentos de su estancia: “Los vecinos están contentos. Saben que apoyamos al pueblo de Brasil de corazón. A fin de cuentas, la zafra para mí sigue siendo la más difícil”.

ROBERLANDY EN EL CENTRAL

Parecía incompatible la timidez de este hombre grande, sonrojado hasta para decir su nombre, Roberlandy Ramírez Pérez, el jefe de Producción de la UEB Brasil, del central por el que sus colegas viajaron cientos de kilómetros para empinar como las cañas a Moscú, el espacio vital de muchos trabajadores azucareros.

“El ciclón nos llevó 6300 tejas de zinc y recuperamos 3500. La parte más dañada fue la de la planta eléctrica”, entonces calla, y luego invita a un recorrido por para tocar con los ojos cuanto ha dicho en aquel amplio espacio de las maquinarias que inclusive silenciosas se notan ansiosas por moverse y hasta se sienten chirriar.

Para él esto es golpe duro, porque sin el central no puede haber zafra, y la zafra representa el trabajo para los coterráneos de Brasil … sin embargo, su rostro no refleja elalma de un desesterado porque Roberlandy sabe que corre el tiempo de hacer mucho afuera, allá en el barrio de Moscú, para luego meterse adentro del central.

PARA LÁZARO HABRÁ ZAFRA

“Dos domingos atrás esto era escombro y ya tenemos 66 viviendas iniciadas. Con ese ritmo pronto tendremos el nuevo reparto de Moscú”, se enorgullece Lázaro Onelio Álvarez Padilla, director general de la Empresa Azucarera de Camagüey.

“Es el ciclón que más ha afectado los cultivos”, se refiere al huracán Irma, que se ensañó con el 18 % de la caña de la provincia, y añade que en el caso de Brasil, donde disponde de 11 mil hectáreas, el daño ronda por el 41 % de la caña estimada, donde lo irreversible está en lo que se partió.

En cambio, al juntar todas las variables resuelve el problema con su mejor recurso: “Los trabajadores azucareros son abnegados. Aquí no han preguntado ni siquiera cuánto se les va a pagar por su solidaridad. Con todo creemos estar listos para iniciar la zafra el 5 de enero del 2018”.

Adelante Digital tampoco lo duda porque sabe que así gustan estrenar el año, aunque para estas mujeres y hombres la zafra siga siendo lo más difícil.