FLORIDA, CAMAGÜEY.- La mirada se pierde en la larga y ancha nave, ocupada en parte por ruedas de equipos de tracción ferroviaria. Es usual verlas a la espera de su rectificación y proseguir su andar por los rieles de toda Cuba.

No siempre fue así. Roturas en el torno impidió que durante seis meses esta máquina funcionara y, de hecho, complicó el proceso de darle nuevamente vida útil a esa mole de hierro en una de las secciones del taller ferroviario 60 Aniversario, de Florida.

Pero el interés de los innovadores de esa entidad pudo más. Encabezados por Osmany López Pérez, un cuarentón técnico de nivel medio en maquinaria planearon qué hacer, y lo que parecía imposible lo lograron: que en el 2015 volviera a rectificar ruedas.

—¿Qué trabajo llevó para hacer funcionar el equipo?

—Hubo que conformar una base móvil para montar todo el subsistema de transmisión, mediante la adaptación de correas multilineales acopladas a una caja de velocidad de camión y con la construcción de un eje.

—¿Qué capacidad de rectificación tiene el torno?

—El valor del par de ruedas debe ser más o menos 900 dólares. Con esta máquina pueden recuperarse cuatro y hasta cinco veces las ruedas. ¡Calcula el tiempo de utilidad de este equipo!

—¿Se gastan por la fricción que van teniendo en los rieles?

—Nosotros le quitamos los planos desgastados que cogen las ruedas a causa del frenaje de las locomotoras y por el patinaje en el momento de ejercer fuerza en su trabajo normal durante la transportación de mercancías.

Los desgastes pueden acarrear accidentes, de ahí que haya la necesidad de esos ajustes como medida preventiva.

Hombres como Salvador Ávalos Armenteros, el pailero, Héroe del Trabajo de la República de Cuba; Ángel Eugellés Mena, soldador y Omar García, mecánico del “60 Aniversario”, fueron imprescindibles para que el torno, de procedencia norteamericana de la década del ‘40 del pasado siglo, volviera a funcionar y más a tenerse en cuenta que en el país son pocas las máquinas de este tipo, dos en Camagüey; una en Ciego de Ávila y, al decir de Osmany, otra en Las Tunas o La Habana.

Aparte de los reconocimientos o premios que puedan dar por el trabajo, “lo más esencial para mí es el aporte al país”, ratificó finalmente el líder de esta innovación.