CAMAGÜEY.- Encontrarse con un veterinario en Camagüey no es tarea complicada, no obstante, hacerlo con toda una familia dedicada a la rama, no creo sea tan común.

Hugo Gerardo Sánchez Rivera es el Veterinario principal de la UBPC Jorge Osvaldo Galindo, perteneciente a la Empresa Rectángulo del municipio de Guáimaro; 23 años ocupado como médico de animales no es toda una vida, pero sí largas horas de dedicación y entrega. Su mujer se desempeña en el departamento de Sanidad Animal de la delegación de la Agricultura en Guáimaro y un hijo estudia esa misma especialidad.

“Para mí no es tanto tiempo, quizá lo digo porque hago lo que me gusta, sin embargo, siempre supe que quería trabajar con animales porque me gustaban mucho. Así llegué a la carrera y me gradué en la escuela Pino Tres en 1994”.

¿Cuál ha sido la situación más difícil que ha tenido con un animal?

—Recuerdo un accidente en el que tuve que tratar a un equino que se cortó una de las patas traseras con el disco de un arado. Tuvimos que sedarlo, una operación muy compleja por el tipo de lesión y por el temperamento propio del animal que intentaba pararse, eso me marcó porque llevaba poco tiempo de graduado. Son muchas las situaciones complicadas, pero te acostumbras.

Hugo posee un temperamento más que calmado. Su lento andar puede demostrar pereza para algunos y confianza para otros, pero lo que nadie pone en duda es su capacidad de ir más allá a la hora de ayudar. “Trato de asistir a todo aquel que lo necesite, incluso hay personas que se me acercan para que les vea a sus animalitos domésticos y nunca he dicho que no. El veterinario, como médico, tiene que cumplir con su deber las 24 horas del día”.

En la UBPC Jorge Osvaldo Galindo, tienen priorizados los centros de recuperación, lugares donde llevan a la masa vacuna deteriorada y le dan un tratamiento diferenciado en la alimentación, además del agua permanente, casas de sombra, medicamentos y otros.

“Si se les trata bien son muy efectivos respecto al nivel de muertes, por ejemplo en mi UBPC en los últimos dos meses hemos internado a 36 vacas y no se reportan bajas, todas se devuelven al pastoreo luego de su total recuperación”-.

Respecto al aumento de los veterinarios por cuenta propia. ¿Cómo valoras la relación particulares-clínicas estatales-tratamientos?

—La idea no es mala y siempre existirá, pero trae algunas consecuencias negativas como la desigualdad entre las dos gestiones. Por ejemplo, el particular tiene todo tipo de medicamentos y con ello una mayor calidad en el trabajo, mientras que el estatal no. Los productos vienen del propio Estado y del exterior, lo que provoca a su vez los altos precios. Considero que debería contarse con alguna medida en esto porque al final los dueños son los que sufren cuando no pueden atender a sus mascotas; pero sí estoy a favor de que haya más clínicas, ya sean particulares o estatales.

Tienes un hijo que también estudia la carrera de Veterinaria en tercer año. ¿Fue una elección propia?

—Quizás influí en algo al verme tratar con tantos animales, pero nunca le sugerí estudiarla. No obstante, cuando me comentó su decisión le aconsejé que de escogerla no podía ser un cualquiera y que yo lo apoyaría en todo lo que pudiera, pero que el esfuerzo tenía que ser grande.

Al doctor se le nota el amor por su profesión en sus gestos. Mientras inspecciona un animal cuando conversamos, me explica que es una labor muy bonita, pero que lleva mucho esfuerzo, sacrificio e interés.

¿Cómo valora la Veterinaria de forma general en Camagüey?

—Debería ser una profesión donde se reconociera un poco más nuestro trabajo como responsables de las masas ganaderas y como controladores de epidemias, no solo en el ganado sino en aves y otros animales.

“Les aconsejaría además a todos los ganaderos que valoren más las masas de animales que tienen para que se identifiquen mejor y se corrijan en tiempo las enfermedades. Que se apoyen en los veterinarios porque las dificultades que hoy en día afectan mayormente en la masa ganadera son por problemas de manejo. Aquí entra todo, desde la alimentación, la sequía, el conocimiento, y no se hacen las cosas como se debe para que las reses lleguen al nivel deseado y evitar luego los malos resultados y bajos rendimientos”.

Hugo Sánchez está consciente de su responsabilidad y la lleva bien. Sabe que son muchas las carencias de medicamentos e instrumental, pero también reconoce que se puede cuando es mayor el empuje del hombre. Él lo demuestra día a día.