CAMAGÜEY.- La incógnita de Aramis Fontes Hernández giró en no saber con exactitud el comportamiento de los vientos que regían en zonas campesinas situadas en los alrededores de la ciudad de Camagüey.

Tal desconocimiento lo obligó a montar un proyecto investigativo durante dos años, el cual, finalizado hoy, permite confiar en los datos y valoraciones, de cara a la posible multiplicación del uso de la energía eólica, una de las de mayores bondades económicas entre las fuentes renovables por la que apuesta Cuba.

Armado de instrumentos de medición, de mapas cartográficos y de libretas de notas invadió, en coordinación con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños en la provincia, cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios. Mucho aprendió y también a sacar conclusiones provechosas sobre la ubicación de los molinos de viento, tecnología empleada en el campo para la extracción de agua del subsuelo y su estable suministro  a la masa ganadera.

Emprendió este programa, después de incursionar en el biogás. La idea  original fue estudiar la posibilidad de  la instalación de aerogeneradores,  que a veces se ve truncada porque de por sí son caros y requieren de una inversión inicial muy grande. Sin garantía de financiamiento es un sueño  difícil de alcanzar por productores individuales.

Foto:Otilio Rivero Delgado/AdelanteFoto:Otilio Rivero Delgado/Adelante“Sin embargo, hay cooperativas agropecuarias de distintos tipos y productores independientes que tienen molinos de viento, pero hemos visto en algunos recorridos por la provincia lo inadecuado de la ubicación de éstos. Valía la pena entonces investigar.

“El proyecto, a escala de la provincia, fue aprobado porque  trataba de dar respuesta a un asunto importante en un intervalo de tiempo corto y seleccionar áreas que no estuvieran muy distantes, de manera de  abaratar los costos de estudio del proyecto, en el cual detectamos problemas que sospechábamos y simular mediante las bondades de los software que estamos aplicando, de reconocido prestigio internacional, y tener una visión real del comportamiento del viento en el territorio”.

Lo cierto es que contrariamente a que se ha tildado de que Camagüey tiene muy bajo potencial eólico y otros pecan de excesivo optimismo, el colectivo descubrió lugares donde aparentemente son bolsas en que el régimen del viento es muy bajo, pero están rodeadas de franjas de mejor brisa, con magnitud positiva para el bombeo eólico, en cambio, los equipos están ubicados en lugares inadecuados, de arboledas, casas o edificios que les restan capacidad a los vientos.

Fontes comentó que si lo molinos, como los diseñados por el CITA, los ubican a diez metros de altura en los lugares explorados no tienen problema, todo está en cumplir en que no sobrepase la carga hidráulica que es la suma de lo que tiene que bombear, desde el nivel del agua en el manto freático o pozo de donde se succione hasta el nivel de descarga de la aerobomba.

El investigador del Centro Meteorológico de Camagüey explicó que dentro de las áreas preferenciales están la Vallita-Algarrobo, con un potencial muy bueno, y aclaró que en otro momento podría investigarse el nivel de persistencia de los vientos, pues los datos utilizados están  comprendidos  en los elementos captados de la base trihoraria de 15 años consecutivos de la entidad donde labora, lo que no asegura  en ese intervalo cómo se comporta esa fuerza para instalar aerogeneradores, aunque sí aprovechar los molinos a esa misma altura.

A modo de conclusiones, el estudio en el que ofrecieron su contribución los técnicos Iomarys Pérez Abraham y Orhvy Escobar Rangel, específicamente en la recolección y procesamiento de datos, resume que en todas las cooperativas, la mayor parte de las áreas resulta apropiada para el bombeo eólico, aunque hay zonas intercaladas que no ofrecen garantía para ello, razón que ratificó la necesidad de este tipo de estudio.

Los bajos valores de velocidad media del viento obtenidos en cada lugar  estudiado descartan la posibilidad de generación eléctrica a baja altura con  pequeñas máquinas eólicas.

La conveniencia de aprovechamiento para generación de electricidad sólo  podría empezar a tener sentido a alturas de 30 m. y superiores, pero los bajos valores del  factor de capacidad (FC) con las máquinas probadas conspiran contra los costos que  implicarían para la generación eléctrica.

De todos los sitios estudiados en este trabajo, tan sólo algunas áreas  aisladas de la CCS Antonio Suárez  y la CPA  Amistad Cubano-Polaca  pudieran recomendarse para profundizar estudios con vistas a la instalación  de pequeños aerogeneradores a mediana altura (30 m), aunque ello   conllevaría la realización de estudios complementarios para ganar en  seguridad.

Se confirmó la ventaja de ubicación de  molinos de viento (aerobomba) en  torres de 10 m. de altura en lugar de las de 6 m. de altura.

De los sitios estudiados, tres muestran velocidades medias del viento  superiores a 3.0  m · s-1  en al menos el 90 % de su área.

Para una carga hidráulica fija de 15 m. el modelo de molino (de los aquí  estudiados) que muestra un mayor caudal de bombeo, es el CITA-STEERE, un diseño muy propio del Centro Integrado de Tecnología Apropiada, perteneciente al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

El MS. c. Aramis Fontes recordó los años de membresía en la ANIR y su participación en  los foros de ciencia y técnica, en las últimas versiones con trabajos relacionados con la contaminación atmosférica de la ciudad de Nuevitas y también en Camagüey.