CAMAGÜEY.- Nunca imaginaron los profesores del Politécnico Armando Mestre que aquel muchacho que les pedía permiso para ir al estadio Cándido González a entrenar, se convertiría en una de las principales cartas de triunfo del equipo Camagüey. Pero así ha sido; en medio de la sorpresa de muchos, los Toros han entrado de a lleno a la disputa por un puesto a la próxima etapa de la 56 Serie Nacional de Béisbol, y una parte nada despreciable de ese "cambio de rostro" se ha debido a Yariel Rodríguez.

El muchacho de aquellas escapadas a la Academia muestra números que confirman una de las más viejas "verdades" del béisbol: los talentos hay que salir a buscarlos. Su llegada al cuerpo de lanzadores tricolores fue fruto de su perseverancia para conquistar el sueño de ser pelotero; de lo contrario, se hubiera perdido como otros tantos.

--¿Cómo te iniciaste en el deporte?

--Desde pequeño yo jugaba pelota “manigüera” en un campo improvisado que existe en San Serapio, mi pueblo. En la familia no tengo tradición deportiva, pero desde chiquito me gustó el béisbol. Un día pasé por la Academia Provincial para ver que me decían y el "profe" Teófilo Pérez estaba haciendo unas pruebas. Tiré 82 millas y me pidieron que empezara a entrenar con los muchachos.

“Yo estudiaba en el politécnico de la construcción y los horarios de las clases 'chocaban' con los de los entrenamientos, por lo que solo podía cumplirlos algunos días por la tarde. Así estuve un año, hasta que integré el Sub 18 juvenil, donde gané cuatro juegos. Gracias a esos resultados hice el equipo de menores de 23 años como el último pitcher del staff y de allí subí al Camagüey de la Serie 55, donde no obtuve victorias pero conseguí buenas estadísticas.

"Ya en la tercera serie sub-23, este año, me destaqué más, gané seis juegos y perdí solamente uno. De ahí partió mi confianza para lo que estoy haciendo en la presente Serie Nacional".

En la campaña 55 Yariel perdió cinco juegos y sin embargo fue el mejor de los lanzadores camagüeyanos, con promedio de limpias de 2.35; este año, su PCL desciende hasta 2.09 y su hoja de servicios refleja cinco éxitos sin fracaso. Foto: Leandro Pérez Pérez/AdelanteEn la campaña 55 Yariel perdió cinco juegos y sin embargo fue el mejor de los lanzadores camagüeyanos, con promedio de limpias de 2.35; este año, su PCL desciende hasta 2.09 y su hoja de servicios refleja cinco éxitos sin fracaso. Foto: Leandro Pérez Pérez/Adelante

--Durante uno de los partidos contra Villa Clara Modesto Agüero resaltó la tranquilidad con la que trabajas en el box...

--Me gusta mi trabajo, por eso solo pienso en hacerlo lo mejor posible. Es un compromiso que hago conmigo antes de cada juego: solo concentrarme en los bateadores que enfrento y tratar de que mi aporte nos ayude a clasificar para la segunda etapa. No es una meta solo mía. El equipo del año pasado no tiene nada que ver con el actual. Antes cometíamos demasiados errores, no salía el batazo a la hora buena, los lanzadores perdíamos por muy pocas carreras... Ahora cualquiera se viste de líder, todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, y bateo, pitcheo y defensa están ajustados y acoplados.. Nadie se siente bien si no ganamos el juego de pelota.

--¿A qué dedicas el tiempo fuera de los estadios?

--En San Serapio es una tradición criar gallos, yo tengo mi propia cría y me gusta trabajarlos y prepararlos. Fuera de eso, prefiero estar con mi familia y mi mujer. No son muchos los momentos libres y trato de aprovecharlos para estar con ellos.

--¿Cómo ves tu futuro?

--El sueño de todo deportista cubano es llegar al equipo grande, representar las cuatro letras de Cuba. Además, todo pelotero en la actualidad busca superarse a sí mismo para ser contratado en otras ligas. Es una perspectiva a la que no le cierro puertas, soy joven y tengo un futuro por delante, pero como sea, Camagüey tiene Yariel pa' rato.

Junto a mis compañeros le pido a la afición que espere lo mejor de nosotros, no los vamos a defraudar. Esta es una batalla que vamos a ganar juego a juego.