Camagüey.- Aunque en estos tiempos, sin renunciar a nuestros principios, muchos cubanos evitamos comparar a los Estados Unidos con aquel Monstruo al que el Apóstol le conociera sus entrañas, la costumbre hizo a este reportero recibir a su entrevistado con una frase quizás trillada pero más que real: usted sí vivió en el monstruo y le conoció algunas de sus extrañas.

Sí, Jorge Enríquez Jerez Belisario, estudiante de Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y destacado activista en la lucha por la liberación de Los Cinco Héroes, estuvo cerca de siete días en la casa del “El hermano Obama”, durante la Segunda Jornada Contra el Bloqueo, certamen coordinado por la Red Nacional de Solidaridad con Cuba.

“En esta cita, organizada también por el Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad, el Movimiento de Pastores por la Paz y el Colectivo de Prensa Independiente Femenino, la delegación antillana tenía previsto estar 15 días, sin embargo, en un trato incongruente con los nuevos tiempos solo se autorizó la visa por una semana y al final el único que pudo viajar fui yo.”

Como bien cuenta en su blog personal Jorgitoxcuba, sin sacudirse el polvo del camino este estudiante universitario al arribar a tierras norteñas dedicó sus primeros pasos a rendirle tributo a José Martí en el lugar donde el Héroe Nacional tenía las oficinas del Partido Revolucionario Cubano.

Luego: ¿Qué incluyó el programa de visitas?

Un encuentro con el embajador cubano en Estados Unidos José Ramón CabañasUn encuentro con el embajador cubano en Estados Unidos José Ramón Cabañas-Presentamos el documental El poder de los débiles en la Facultad de Leyes de la Universidad Nacional de Washington y en la Universidad del Distrito de Columbia. En la primera de esas instituciones tuvimos un encuentro con el embajador cubano en Estados Unidos José Ramón Cabañas y después muchos jóvenes norteamericanos obtuvieron respuestas a preguntas sobre cómo es Cuba.

“Otra de las acciones trascendentales resultó el contacto directo con algunos miembros del Congreso de los Estados Unidos, un diálogo en el que tocamos por supuesto puntos relacionados con el bloqueo económico y comercial al que estos señores tienen sometido a nuestra Patria.”

-En medio de la influencia de la poderosa industria cultural y la consecuente enajenación de los públicos, ¿conocen realmente los norteamericanos a Cuba?

-Igual interrogante me la respondí en la visita desarrollada a Nueva York, donde pude intercambiar con el pueblo norteamericano medio y comprobar su desconocimiento sobre la mayor de las Antillas y, a la vez, sus deseos de saber más de la isla.

En esa ciudad, el joven dejó sus ideas y vivencias en la Casa de Cultura más importante del Condado de Brooklyn, en una Radio Emisora independiente sin financiamiento del Gobierno y en una organización que trae médicos a Cuba para que conozcan cómo funciona el sistema de atención primario.”

Desde el punto de vista personal, ¿qué te aportó vivir en las entrañas?

-Comprobé que ni Obama manda en Estados Unidos, sino que allí gobiernan las poderosas corporaciones. Constaté las grandes diferencias de clases, donde lo mismo te puedes encontrar un rascacielos que un parque del caldo, sitio al que acuden los mendigos para ingerir ese líquido caliente cuando hay mucho frío. No obstante, lo más gratificante fue disfrutar del amor que siente ese pueblo por Cuba, un aspecto esencial para avanzar en el proceso de normalización de las relaciones bilaterales

¿Y profesionalmente?

Viví cómo los medios de ese país mantienen engañado al pueblo, por ejemplo, al leer o ver las noticias de esos días nunca se publicó una sola palabra para reflejar algo sobre la Jornada de Solidaridad, cuando incluso conversamos directamente con el Congreso de los EE.UU. Además, participar en una entrevista en la Radio Europa Libre, que cumplía la función de Radio Martí en el extinto Campo Socialista, nos hizo llegar con nuestra lluvia de criterios a audiencias a las cuáles jamás nos habíamos acercado.

¿Cómo recibió esa masa estadounidense estos encuentros?

De manera muy fraternal, a pesar de la desinformación que tiene, el norteamericano medio ama a la gente de este archipiélago, lo poco que conocen lo perciben y valoran bien porque reconocen la solidaridad del Gobierno y los médicos cubanos para con los estadounidenses como la mostrada con los damnificados del Huracán Catrina.

Al margen de las contingencias, con esta participación de Jorge en la Segunda Jornada de Solidaridad se tejió un camino más en el restablecimiento de las relaciones entre el vecino y la nación caribeña, un camino que extenderá su horizonte cuando en el 2017 la cita tenga su núcleo en la Costa Oeste de los Estados Unidos.

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