Nos pusimos de acuerdo y como quien no quiere las cosas, empecé por preguntarle: ¿Qué criterio le merece el papel inoperante  de la producción mercantil y la necesidad de utilizar como un indicador el valor agregado bruto, el cual denota progresos?

“Ante todo es un indicador, el de la producción mercantil, que no tiene referente en el Sistema de Cuentas Nacionales, porque pertenece al extinto Sistema de Balances de la Economía Nacional, donde registraba la producción destinada a la venta. Y enfatizo su contenido, no lo creado, si no lo destinado a la venta, aunque referido solamente a la producción material.

“En el sistema al cual pertenecía dicho indicador,  no informaba sobre los bienes y servicios creados por la esfera material, el indicador que expresaba era el de la Producción Bruta y nacionalmente el Producto Social Global,  con las carencias ya apuntadas.

“Sin embargo, cuando desaparece el Sistema de Balance de la Economía Nacional se sigue calculando la producción mercantil  por las empresas, por los municipios y por la provincia  para valorar la magnitud del crecimiento de la economía, tanto de las empresas como de los municipios y provincias.  No así nivel nacional en que se utilizó el indicador pertinente.

“Esto provoca que no brinde elementos para valorar el aporte realizado por el territorio a los bienes y servicios creados en el país.  Es como si hablaran en dos idiomas diferentes, evidentemente no se pueden entender.

Tampoco por los elementos que integra se puede considerar como registro de los bienes y servicios creados a cualquier nivel y destino, porque excluye lo destinado al autoconsumo (que es producción generada); en este sentido está subestimando lo creado.  Por otra parte incluye el margen comercial (que es de la esfera de la circulación, no de la producción) y en este sentido está sobreestimando lo creado.

“Los indicadores que miden los bienes y servicios que se crean por las diferentes entidades (empresas o por territorio) se expresan usualmente a precios del productor.  La Producción Mercantil al incorporar el margen comercial está mezclando dos tipos de precios, los del productor y los del consumidor.

“No obstante en la Metodología para la elaboración del plan 2014, en los indicadores directivos aún se mantenía la Producción Mercantil.  Pero los resultados de dicha Producción Mercantil no se agregaban en el ámbito nacional, o al menos no aparecen informados en los diferentes anuarios que emite la Oficina Nacional de Estadística e Información a dicho nivel.  Este indicador desaparece en la metodología para la elaboración del plan 2015, pero contradictoriamente la ONEI la sigue captando hasta la actualidad”.

Dijo que el problema está en que no expresa la totalidad de los bienes y servicios creados por la entidad para cualquier destino y cuando se toma como tal,  que de hecho constituye una sobreestimación más que subestimación, una imagen falsa de los resultados de la entidad. Tampoco incluye los bienes y servicios no mercantiles (fundamentalmente educación y salud).

“De ahí que desde hace unos años insisto, dijo la académica, siempre que puedo en que es inadecuado utilizarlo para evaluar el resultado de una economía”.

La segunda pregunta no se hizo esperar. ¿De qué manera son posibles los análisis a precios corrientes y constantes en los precios en las comparaciones en valor? Miró y dio soltura a sus ideas.

“La necesidad de utilizar el valor para realizar agregaciones es un hecho indiscutible; si utilizáramos unidades físicas, no podríamos sumar la producción agrícola con la pecuaria, tampoco la producción agropecuaria con la industrial, ya que se expresan en unidades de medidas diferentes,  Por eso se utiliza el valor, para homogeneizar y poder agregar, no solamente en el país, sino también en las empresas que por lo general producen diversos productos. ¿Cómo sumar el volumen de producción de jabón con el de la pasta de dientes?  

“Recordemos que el valor de una producción es el resultado de multiplicar las cantidades por su precio.  Es decir en el valor intervienen dos factores, por lo tanto puede modificarse tanto porque varíen los precios, o las cantidades o ambos.

“Nuestro país estaba acostumbrado hasta los finales de la década del 80 con que los precios no variaban.  En este caso cuando se comparaban los valores y éstos aumentaban era producto de que se había crecido en los volúmenes físicos de producción.  Y este crecimiento es el que le interesa a las personas, porque las personas no satisfacen su necesidades con el valor, sino con los bienes y servicios y, como las necesidades son crecientes, se requiere que también lo sean los bienes y servicios”.

“Pero en la actualidad no ocurre lo mismo con los precios, por el contrario, estos aumentan incesantemente y entonces puede provocar un aumento en el valor aún a costa de una disminución en las cantidades.  La imagen que se daría entonces, juzgando por el incremento en el valor, es que producción creció; pero como realmente puedo no haber ocurrido eso, entonces la personas que no saben economía, se preguntan ¿dónde está el crecimiento?”

Iris González estimó que este es otro elemento fundamental al cual los directivos deben prestar atención.  Técnicamente existe un procedimiento que posibilita eliminar el efecto de las variaciones en los precios; los especialistas lo denominan deflación o un indicador expresado a precios constantes.

“Es un proceso muy técnico, pero sin vulgarizarlo se puede decir que cuando un indicador se expresa a precios constantes es porque se ha calculado considerando las cantidades producidas en el año objeto de análisis, pero para calcular su valor, su han multiplicado por los precios vigentes en un año, tomado como referencia.

Así es como se expresa el PIB en la prensa y todas las tribunas, cuando se habla de un incremento del 2% en el PIB a precios constantes, se está haciendo referencia al incremento de un 2% en los bienes y servicios creados.

Sin entrar en detalles técnicos, la Oficina Nacional de Estadística e Información brinda los datos necesarios para expresar nuestro valor agregado bruto a precios constantes.  Y cuando nuestros cuadros lo manejen de esta manera sistemáticamente, podrán entonces valorar lo que realmente ocurrió en la economía de la unidad empresarial de base, de empresa, del municipio y de la provincia.

Muchas veces, atendiendo al reclamo de utilización del valor agregado bruto se dice: la economía creció en un 10% y seguidamente se expresa, no obstante se produjeron disminuciones significativas en las producciones de los siguientes productos…. y a continuación una lista de productos que disminuyeron sus volúmenes de producción. ¿No resulta contradictorio?  Lo que aumentó fue el valor e inclusive, pueden haber aumentado algunos productos, pero en general no hubo un incremento en los bienes y servicios creados.

Este es un hábito que es necesario fomentar en los cuadros de dirección, para que los exijan, pero también en los especialistas que les realizan los análisis correspondientes.

Para agotar la agenda quedaba un aspecto: el plan de la economía

“El plan de la economía como rector de nuestras actividades. Estamos en un país de economía planificada predominantemente, aunque se utilizan mecanismos de economía de mercado.  Por lo tanto, el primer análisis a realizar es el cumplimiento del plan, es responder a la interrogantes ¿hicimos lo que teníamos que hacer? Y luego ¿lo hicimos con la eficiencia requerida?

“En el ámbito empresarial generalmente se realiza esta comparación, pero en el ámbito territorial no ocurre así.  Yo considero que la raíz de esta omisión radica en que durante los 90 y parte del actual siglo XXI por causas evidentes, el plan territorial no adquiría la necesaria relevancia. 

“Pero a partir de la metodología del plan 2014 resurgió en estos ámbitos, por lo tanto es necesario conocer si las entidades (de cualquier nivel de subordinación) ubicadas en el territorio cumplieron con sus planes.  Porque dicha metodología establece que se desagreguen los indicadores directivos y de límite (regulan la eficiencia fundamentalmente) hasta las unidades empresariales de base”.

Comparto la opinión de Iris, de que si los análisis incluyen los tres aspectos que hemos visto, los directivos tendrán mayores y mejores elementos para tomar decisiones y que éstas contribuyan al crecimiento de la economía.

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