Sucede que esa mañana de la entrevista un dolor muy fuerte en la espalda se empecinaba en romperle el ritmo cotidiano, aunque no logró detenerla en casa, ni impedirle que diera el acostumbrado recorrido matutino por su “escuelota”, la Juan Vitalio Acuña del municipio de Minas.

“Esto es lo que más disfruto, mi trabajo, aunque como hoy amanezca que casi no puedo caminar y mi esposo intente persuadirme para que no venga. Pero soy de las que pienso que si no estoy algo puede salir mal”, confiesa esta mujer que desde hace más de 30 años es educadora.

Aunque en el mineño territorio muchos la conocen, no solo por los siete años de directora en la Vilo sino porque antes estuvo al frente también de la entonces escuela primaria Salvador Cisneros Betancourt, y laboró en la escuela especial, Somnia es sibanicuense de pura cepa.

“Me gradué en la formadora de maestros en la especialidad de preescolar, en el año 85. De allí me fui a trabajar a Sibanicú en la primaria Patricio Lumumba y muy pronto tuve a mi primera hija. Allí estuve dos años y fue donde conocí al amor de mi vida, a mi esposo, con el que llevo ya 30 años de casada y tenemos un hijo de 23 años.

“Con mis hijos creo que tengo la deuda de no haberles dedicado nunca todo el tiempo que merecían, por estar enrolada en labores de dirección, pero ellos son muy especiales los dos. Mi esposo trabaja por cuenta propia pero sabe mucho de educación, imagínese, me ayuda en todo. Puedo estar hasta la hora que sea y el no me exige, por el contrario me ayuda muchísimo.

Vine para Minas por él, y lo dejé todo atrás. Pero hay mucha gente que me ayudó. No teníamos ni casa, alquilados estuvimos mucho tiempo, después hicimos una pequeña en el patio de mi suegra, hasta que vinieron los planes CTC de viviendas y me dieron el primero que llegó al municipio”.

En la conversación hicimos una pequeña pausa porque sus lágrimas no dejaban de salir. “Yo soy tremenda llorona- dijo en tono de innecesaria disculpa-, me emociono con mucha facilidad, pero lo bueno es que no soy la única de la escuela, creo que las he contagiado- entonces sonrió.

“Soy jaranera, me encantan fiestas, pasear, son muy sata aunque ya tengo unos cuantos años y muchas enfermedades- el brillo en sus ojos dan fé de su espíritu salpimentado. Aún así tengo el carácter un poco explosivo pero lo controlo y no me gusta por nada del mundo llamarles la atención a las personas delante de otras. Siento que los trabajadores me siguen, creo que sobre todo por mi ejemplo, porque soy de las primeras en llegar y de las últimas en irme.

“Los resultados que tengo es gracias a los profesionales competentes que me acompañan. Para mí este claustro pedagógico es uno de las mejores preparados de todo el municipio. El curso actual me enfrento por primera vez a 9 recién graduados, pero estoy contenta porque prefiero amansar a un potrico serrero que no a un caballo viejo. Lo que no deja de ser un reto porque a veces la familia no quiere maestros nuevos, como si nosotros un día no hubiésemos comenzado también así. Sé que aquí los vamos a enseñar a ser buenos profesionales.

“Realmente hay muchas personas que dicen que Educación no les ha dado nada, pero en mi caso me lo ha dado todo, conocimiento profesional y para educar a mis hijos, viajes, artículos para el hogar, hasta la casa. Sé que no me lo han regalado que me lo he ganado con mi trabajo”.

¿Cuales usted entiende como los principales retos de la Educación en Cuba hoy?

“Uno de los principales desafío es preparar a la familia en cómo educar a los hijos. Actualmente muchos padres se agobian tanto con la situación económica que no tienen tiempo para dedicarle a los niños.

“Lo otro es involucrar más a los organismo y a las organizaciones en función del proceso docente y de la atención a los educadores. Aquí en Minas se han dado algunos pasos de avance, por ejemplo que vengan a vendernos algunos productos, porque como todos saben nosotros tenemos que estar en la escuela todo el día y cuando termina en la tarde ¿qué gestiones podemos hacer, a dónde puede ir a comprar?. Por eso los días del cobro me hago la chiva con tontera porque se que ellas salen a pagar las deudas y a comprar el despacito de carne para la comida. La mejora salarial debe venir en algún momento, es imprescindible, y la situación de la vivienda es otra historia bien complicada”.

Somnia, vive y sabe de los sacrificios de los educadores, del valor de esa frase antigua que debería ser verso diario “se puede ser pobre pero honrado”, porque ella, como yo, tenemos la esperanza de que esas cuestiones materiales mejorarán más temprano que tarde, pero mientras sabe que la suya es una profesión imprescindible y que tal vez, hoy más que nunca, en ella se le juegue el alma a la nación.

{flike} {plusone} {ttweet}