Es que al parecer a Rolando Baryola Castellano, Roly, la vida le dio el don de la espontaneidad y la alegría, y él bien que lo aprovechó para dedicarse a lo que más le gusta, la animación. Todo parece indicar que lo hace bien porque desde hace dos años es el trabajador “Líder de la Calidad” de dicha instalación.

¿Qué pasó antes de llegar a Brisas?

Esa es una historia un poco larga, primero fui bailarían, después operador de audio en la Escuela del Partido Cándido González Morales, y cuando inauguraron el campismo La Barbacoa me fui para allá, donde me mantuve trabajando durante cinco años.

“En esa etapa fui seleccionado como mejor animador de campismo a nivel nacional por cuatro años consecutivos. Luego me decidí a pasar un curso en la escuela de Formaturt y como resultado del mismo vine para la playa a trabajar.

Ya son 9 años en Brisas. Este tiempo ha sido mi vida, ha mejorado mi idioma, mi felicidad, mi autoestima, porque estoy donde quería y tengo la posibilidad de brindar toda la alegría que tengo dentro”.

 ¿Cómo es la vida que llevas como animador?

 Trabajo 15 días y descanso solo tres. Mi vida es un poco agitada, todo el tiempo tengo que estar pensando en qué y cómo hacer para que el cliente se sienta a gusto y se divierta. Las principales actividades que hacemos por ejemplo son las clases de bailes cubanos al mediodía, ejercicios de estiramiento, en la tarde el bingo y los juegos locos en piscina.

Hay animadores empíricos, pero existe una escuela de hotelería y turismo Formatur donde nos preparan. Lo que pasa es que la animación no se aprende, tiene que nacer con la persona. Una de las cosas que ayuda es las ganas que tengas de hacer las cosas, y que le pongas el corazón.

 ¿En qué consiste el reto con Billy?

 Eso comenzó con el verano. Un día los dos nos sentamos a pensar cómo hacer algo diferente en la etapa estival y surgió la idea de una competencia entre nosotros. Comenzó él, claro es el jefe de recreación- apuntó jocosamente-, y son todos los sábados; uno lo lidera él y el otro yo. La popularidad de las fiestas ha corrido por toda la provincia, a tal punto que ha llegado a Bayamo y a Ciego de Ávila. “Fiesta de piscina” era el nombre de la idea original pero los clientes la llaman, la fiesta de Roly y la fiesta de Billy.

Hay varios clientes que repiten los fines de semana para ver que pongo yo en mi noche y que pone Billy en la de él. Hace unos fines de semana atrás, creo que me pasé. Había unos clientes con unas motos y las puse en pleno espectáculo. Mis fiestas se caracterizan por los juegos en las piscinas. Hasta ahora va saliendo todo bien”.

 ¿Cómo lograste ser el líder de la calidad?

 Creo que es porque siempre estoy en todos lados ayudando en lo que puedo y trato de hacer lo mejor posible mi trabajo. Es que hay que apoyar para que el hotel salga adelante y los clientes se sientan a gusto. Lo fundamental es el amor que hay que tener a lo que uno hace y lo otro que me ayuda es este carisma que tengo.

Líder de la calidad es un reconocimiento que deciden los trabajadores y la encuesta que se le hace a los usuarios. Ya llevo 2 años como líder”.

 ¿Cuál es tu receta para siempre estar feliz?

 Sonreír y olvidarse de lo malo. Todo el mundo tiene problemas pero hay que ponerlos a un lado”.

 ¿Cómo es Roly tras bambalina?

 Me hago llamar “el guajiro natural de Hatuey”, porque allá en Sibanicú vivo. Yo soy el mismo siempre, lo mismo aquí, que en la casa. Uno de mis hijos vive en Camagüey y el otro en Hatuey. Son dos varones y ambos han salido igual de alegres que yo. Tengo dificultades como todos, pero en mi vida predomina la alegría”.

Dicen algunos de los clientes del Brisas Santa Lucía que a lo largo y ancho del país hay mejores playas que las camagüeyanas y hasta instalaciones con más estrellas, pero sandunga como la que le pone Roly al Brisas, esa es más difícil de encontrar.

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