CAMAGÜEY.- “Cuando me tocó organizar mi primer acto de masas me pasó algo curioso. Se conmemoraba el XVI aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), en 1976. Convocamos cuadra por cuadra para concentrarnos a las 8:00 p.m. del miércoles 22 de septiembre en la entonces Plaza de la Revolución Joaquín de Agüero. Cuando con mucho entusiasmo llegamos esa tarde al lugar, no encontramos a nadie. Ni un alma.

“En el camino había visto mucha gente aglomerada en las calles, paradas frente a las ventanas de las casas viendo los episodios de Enrique de Lagardere. La televisión transmitía a las 7:00 p.m. esas aventuras, y causaban furor. Además aquel día ‘el bueno’ y ‘el malo’ se iban a encontrar para aclarar no sé qué cosa; nadie se lo quería perder.

“El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia, en ese entonces era Raúl Curbelo Morales, estaba allí y me miraba como diciendo: ‘Bueno ¿y tus cederistas?’. Y yo me moría de susto. Pero apenas se acabó el episodio, aún con la ‘musiquita’ final, aquella plaza se llenó. Una inmensa concentración. Allí están las fotos, en el periódico Adelante”.

Rosa Úrsula González Pulido podría escribir un libro. Conversadora y con memoria fresca transita a bordo de sus 80 años una historia en crucero desde trabajadora doméstica a coordinadora provincial de los CDR y miembro de su Secretariado Nacional.

“Nací el 21 de octubre de 1940 en Tamarindo, al otro lado del arroyo El Calvario, para la vuelta de Chambas, en la actual provincia de Ciego de Ávila. Luego, la familia se mudó para el batey del central Pina, hoy Ciro Redondo. Allí de muy joven comencé a trabajar duro como doméstica; y me sumé al Movimiento 26 de Julio.

“A partir de 1959 la Revolución me ofreció la oportunidad de desempeñar numerosas tareas políticas en las milicias, la Federación de Mujeres Cubanas y los CDR. Estudié en la Escuela Formadora de Círculos Infantiles en La Habana. También estuve en la Campaña de Alfabetización”.

Trabajadora del círculo infantil Candelaria Palma, en Morón, cursó la Escuela de Instrucción Revolucionaria desde donde fue incorporada al Departamento de Orientación Revolucionaria en la región. Asumió tareas como la creación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Administración Pública, y fue instructora de la Escuela de Enfermeras, en la ciudad de Camagüey. En 1968 la promovieron a la Central de Trabajadores de Cuba en la provincia. Mucho en pocos años…

“Faltaban cosas por venir. Un día de 1970 se dispuso que integrara la dirección provincial de los CDR, donde hasta entonces no había mujeres. Aunque era muy activa desde la base, jamás imaginé que me reconocerían en todo el país como la primera mujer coordinadora en una provincia”. Allí comenzó otra historia porque si en alguna parte aprendí a trabajar con las masas fue entre los cederistas”.

Rosa Úrsula va desgranando con pasión su saga. Tiene recuerdos añorados de sus vínculos con la prensa porque de inicio y desde la CTC estuvo vinculada con la propaganda. Recuerda impresos y afiches, las páginas del periódico Adelante, tiempos de movilizaciones hacia los cortes de caña.

¿En esa época empezó Zafra Musical?

—¿Quién olvida aquel programa de Radio Cadena Agramonte y mi querido locutor Servando Hernández Yanes. Zafra Musical impulsó un destacado movimiento de masas.

“Luego pasé a ser educadora provincial de los CDR y más tarde vicecoordinadora. Cuando en 1976 el Gobierno adquirió una nueva estructura con el Poder Popular fui nombrada coordinadora provincial de la mayor organización de masas”.

En tiempos de grandes movilizaciones populares… ¿a cuáles le gustaría referirse?

—Todas desempeñaron su papel. ¿Te acuerdas de aquellas campañas?: la limpia de obstáculos en la agricultura, Mi casa alegre y bonita, las Patrullas clik, las guardias cederistas, la recogida de materias primas, la campaña de mecanización, las vacunaciones y Camagüey, ciudad jardín.

Luego de 21 años de servicio en los CDR Rosa Úrsula se incorporó al sector jurídico pues en su trayecto concluyó la carrera de Derecho en la Universidad de Camagüey. Se hizo abogada. Estuvo en Arbitraje Provincial, el Ministerio de la Industria Ligera, en la consultoría económica CANEC S. A. y en el Poder Popular. Aparece certificada como fundadora de la Unión de Juristas de Cuba y de la Asociación Nacional de Comunicadores Sociales.

¿Qué le han dejado los CDR además de distinciones e historias?

—Madurez política. Tengo magníficos recuerdos de todas las organizaciones donde estuve, pero los CDR me dieron la facultad de entender al pueblo, de participar con el alma... y la oportunidad de estar junto a Fidel. Los CDR fueron para mí una gran escuela.

Rosa Úrsula y Fidel. Foto: Guillermo Rivera/ Colaborador/ ArchivoRosa Úrsula y Fidel. Foto: Guillermo Rivera/ Colaborador/ Archivo

“Los CRD no han perdido objetivo: su propósito es defender Cuba. En aquella época se hacía de una manera, y hoy, puede haber otras. Pero que no quepa duda de que los CDR siguen teniendo la misma razón de ser. A mis 80 años lamento la pérdida de vitalidad”.

¿Qué le falta?

—Fuerza; el toque casa por casa, interesarse por los problemas de cada vecino, designar tareas sin miedo. Tengo confianza en que vamos a recuperarlas.

Junto a distinciones, condecoraciones, eventos científicos, la primera mujer en desempeñar aquí el cargo de coordinadora de los CDR participó en dos congresos del Partido y suma cinco títulos de Vanguardia Nacional. Rosa Úrsula González Pulido, aquella joven y humilde trabajadora doméstica en el central Pina, devenida dirigente cederista a impulsos de la Revolución, llevó la voz de Cuba a países de Europa y África en varias oportunidades.

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