CAMAGÜEY.- Vecinos de la cuadra donde vive Justina, en la calle Lugareño, entre Bayardo Agramonte y San José, esperaron que amaneciera para darle la sorpresa de ser los primeros en felicitarla por los 105 años que cumple hoy 26 de septiembre.

“Tina” es el seudónimo de esta mujer de modales finos, de baja estatura, excelente comunicadora, cualidad que acompaña con sonrisas pícaras no solo cuando la ocasión lo amerita, sino el resto del tiempo, que lo emplea en conversar con Oneida Villareal Tamayo, quien la cuida permanentemente, o con una que otra persona que colinda su hogar.

Antes de iniciar la conversación en uno de los espacios de la sala, sin estridentes lujos, reflejo de su modestia y sencillez, ella pidió de forma jocosa: ¿Por qué no me quitan unos años?

Los que transitan por el lugar en el horario de la tarde han tenido la oportunidad de verla parada, enhiesta, en la puerta o a unos pasos, más bien apegados a San José hablando con el matrimonio de la esquina o con la pequeñita que le ha cogido tremendo cariño.

La coherencia de su pensamiento es algo que denota que su mente mantiene claridad. Salvo una casi imperceptible sordera, nadie pensaría que Justina Nolla Domínguez abrazó los 105 y espera, si no se presentan contratiempos, vivir unos años más para compartir con su único nieto y la descendencia de este.

Había embullo para hacerle una fiestecita en familia; alguien pensó comprarle un cake; otra persona en traerle una cerveza para que la probara, en fin, es una alegría que comparten todos los cubanos de tenerla así, con ese espíritu de vivir y alegrarles la vida a los demás.