CAMAGÜEY.- Para algunos, este Primero de Mayo tiene una significación especial: se cumplen 60 años de que Camilo lo compartiera con el pueblo camagüeyano. ¡Era el primer Primero de Mayo de la Revolución! y aquel hombre que arrastraba pueblos lo compartía con los agramontinos.

LO QUE NO SE CUENTA EN LIBROS

Según un grupo de combatientes que vivieron de cerca ese día, su visita no era casual. “Había muchos comentarios de que los camagüeyanos no habían ayudado a Camilo a su paso por estas tierras y que él había manifestado expresiones negativas sobre Camagüey, entonces vino a quitarnos eso de la cabeza, porque a algunos nos dolía”, comenta Fellín (Alfredo Aguilar Fexas) en lo que Pan Viejo (Rafael Ollet Portel) saca sus apuntes sobre el discurso.

“Camilo deja claro en su discurso que había venido a aclarar algunos conceptos: que para Camagüey no guardaba ningún sentimiento de odio, sino al contrario, cariño, respeto y consideración y que la travesía le había servido para conocer del valor y el heroísmo de los hombres que le acompañaban, entre ellos muchos camagüeyanos como Alfredo Álvarez Mola y Mario Herrero Tozcano.

“Toma en consideración lo inhóspita de la zona de recorrido, extremadamente llana, fangosa, muy poco poblada y cercada por el enemigo, lo que no permitía ningún contacto con el exterior , y aún así pudo llegar al río San Pedro; y señala que a pesar de no contar con la ayuda solicitada, no puede expresarse así de todos los camagüeyanos.

“Aclara que al llegar a Las Villas besaron la tierra no porque los hambres de allí fueran diferentes a los del Camagüey, sino porque las montañas y los montes les permitían operar con más posibilidades”.

AQUEL DÍA INOLVIDABLE

“Camilo atraía pueblo, era muy simpático, de los comandantes más queridos. Lo más impactante ese día era la cantidad de personas que había, era increíble. Fue una fiesta para Camagüey que Camilo estuviera aquí”, comenta Eduardo H. Rivero Pozas.

“Eso me hizo recordar una frase famosa de Juaquín de Agüero -añade Rafael. Dicen que cuando lo llevaban por la avenida a fusilarlo en la Plaza Méndez, él miraba a un lado y a otro y veía al pueblo allí y comenta, que es la frase : “Y este pueblo, ¿qué hace allí?”. O sea que viendo que lo llevaban a él a fusilar y no hacía nada.

“Con Camilo el pueblo se volcó igual a las calles, entonces me recordó ver el pueblo a un lado y a otro, pero que de momento se une espontáneamente, aquello se convierte en una manifestación, al punto que al llegar a la Plaza de los Trabajadores tuvo que parar y hablarle a la gente, y con la misma todos se incorporan. Oiga, aquella avenida estaba que era un mar de gente, fíjese que él mismo se impresionó”.

Y desde entonces el barbudo del sombrero alón vaticinó cómo debían ser los primeros de mayo de la Revolución:

“Esta tarde, admirable para nosotros, debe repetirse cada Primero de Mayo en los próximos años. Cada año debe ser mayor la cantidad de trabajadores que acudan a desfilar, cada año debe ser mayor la unión entre el pueblo y el Ejército, mayor la unión entre Ejército y trabajadores, porque por eso se luchó y por eso murieron tantos hombres que hoy serían de gran utilidad a la patria…”