CAMAGÜEY-. Para un joven cubano ver videos en Youtube o postear fotos en Facebook hace 10 años era cosa de películas; pocos adelantados imaginaron que sería parte de su vida cotidiana; sin embargo, los números muestran que la vida cambia y ya el 71 % de los jóvenes cubanos se ha conectado en alguna ocasión a Internet y el 85,4 % lo ha hecho desde las zonas Wi-Fi. Algunos ahorran el dinero de la merienda para comprar las horas/nautas; otros se ponen rebeldes hasta que los padres les financian la cuenta, lo cierto es que cada vez son más los que se conectan.

Kristian Rojas es uno de esos jóvenes que descubrió las redes hace un tiempo. La carrera que eligió, Periodismo, tiene mucho que ver con ellas, pero hay una que lo cautivó más. De cómo le encontró los encantos a YouTube, a pesar de que en Cuba es doblemente complicado apostar por esa red social, le contó el youtuber estudiante a Adelante Digital.

“Hago un producto audiovisual generado fuera de un estudio o lo que viene siendo mi propia casa. Me gusta mostrar los lugares que he visitado en mi país, he hecho videos con mis amigos de la Universidad y entrevistas a algunos músicos cubanos que han accedido a ello”.

¿Por qué ser un youtuber?, ¿qué encantos tiene?

—La idea de ser youtuber surgió cuando descubrí una mejor plataforma para subir mis videos. Antes de serlo ya había hecho algunos videos de mis viajes por la Universidad, pero todo se quedaba en una publicación de Facebook y que compartían algunos, sobre todo los que salían en ellos. Ya sabía que en el mundo había personas que se grababan a sí mismos y subían videos pero yo apenas sabía lo que era Internet y menos YouTube, así que imagínate. Yo creo que la propia carrera que estudio me “obligó” a autosuperarme en cuanto a la red de redes y fue ahí que descubrí realmente lo que era YouTube. Si ellos lo hacían por qué yo no si a fin de cuentas hacía un contenido audiovisual similar aunque diferente a la vez. ¿Encantos? Demasiados. Desde el proceso de grabación, la edición, cuando miras tu producto acabado más de cinco veces antes de subirlo para constatar que quede como deseabas.

¿Consideras que es un modo de actuación?

—Considero que lo es, pero en mi caso no lo veo al 100 %. Soy y me lo creo, trato de que mi producto tenga la mayor calidad posible y que guste a quien lo consuma, incluso aun cuando no tenga una cifra considerable de suscriptores (a mi juicio) ya hay quienes me identifican en la sociedad con el término de youtuber y te ven como un patrón a seguir; pero a nivel mundial más que un modo de actuación, es un modo de vida, todo gira en torno a ello e incluso puedes vivir de YouTube y en Cuba estamos a años luz de eso por causas disímiles, muchas de ellas muy a la luz.

¿Qué encontraste en YouTube que no tienen otras redes sociales?

—Es que YouTube es la plataforma audiovisual por excelencia en Internet, o por lo menos la más popular y consumida en el mundo. No se puede ser youtuber en Facebook o Instagram y de ahí viene precisamente el término.

¿Cómo resuelves el tema de la promoción?

—Principalmente desde mis redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, Telegram, Whats App. Ya te decía que en otros países los youtubers tienen un respaldo publicitario que insertan hasta en sus propios videos. Aquí se están dando los primeros pasos, pero aún es muy incipiente. Hoy en Cuba tú no vas a ver a un youtuber entregando el premio al video más popular del año en los Lucas o teniendo al menos una sección dentro de un programa en una emisora provincial, por solo citarte dos ejemplos. Eso y más se hace en el mundo, ¿acaso nosotros no formamos parte de él? Lo que pasa es que se le tiene un miedo cuestionable y una obsesión compulsiva y hasta preocupante a tachar lo internacional que nos ha hecho detenernos en el tiempo en muchos aspectos. Otras plataformas digitales te ayudan a la promoción, se pueden linkear tus videos, pero si los subes completos, definitivamente pocos serán los que visiten tu canal.

¿Cómo se las arreglan teniendo en cuenta que la tecnología no acompaña mucho?

—Todo se resume en ganas de hacer lo que te gusta. Ser youtuber en Cuba es un pasatiempo, aunque muy serio y con responsabilidad. En mi caso tengo la oportunidad de tener una laptop bastante aceptable cuyas propiedades me permiten editar en un programa profesional y mi cámara graba en Full HD aunque de igual manera no está diseñada para grabar por las calles porque el micrófono interno que tiene recoge el ruido ambiente. Eso no lo es todo, pero es lo básico. Sé de otros que editan en su propio teléfono o pasan horas en una zona Wi-Fi para subir un video de apenas 500mb. Y ni soñar subir nuestros videos por datos móviles. Se nos irían los megas en el intento.

¿Cómo es la vida de un youtuber cubano?

—Como la de cualquier otro cubano. Unos con más o menos necesidades que otros, pero cubanos al fin. La mayoría de los youtubers de la isla somos jóvenes y por ende muchos estudiamos aún y algunos otros trabajan. En mi caso estoy en el cuarto año de la Universidad, becado, viajo todas las semanas para mi casa. No vivo de YouTube ni nada por el estilo, sino de lo que esté al alcance de mi madre. Tengo amigos, hago vida social, me encanta viajar, conocer, experimentar, soy un poco atrevido y a la vez tímido para muchas cosas, sobre todo grabarse a sí mismo hablando por las calles que es lo que generalmente hago en mis videos.

¿Podemos decir que hoy constituyen una comunidad?

—Algunos medios que han tratado el tema así lo consideran, incluso algunos youtubers también. Yo en algún momento lo llegué a pensar igual, me hacía ilusión el pertenecer a ella, pero poco a poco te vas enfrentando a la realidad de YouTube Cuba y te das cuenta de que al final todo es una paradoja. Somos pocos y no nos cuidamos, no nos apoyamos, quizás unos a otros sí pero no es lo general. Existen “teams” y entre muchos existe una relación de amistad increíble pero luego salen videos y declaraciones de otros que incluso afirman no estar interesados en relacionarse con youtubers cubanos o que dicen ser los mejores cuando no llegan siquiera a la mitad de suscriptores de quienes más tienen precisamente. En lo particular me llevo muy bien con muchos, y con otros no he tenido esa interacción directa. Yo creo que el factor distancia hace de las suyas en ese sentido porque la mayoría de los youtubers cubanos viven en La Habana.

¿Qué desafíos tienen?

—El mayor es darnos a conocer más allá de nuestras fronteras con un producto de calidad y creíble. Muchos medios internacionales miran a YouTube Cuba como algo raro, imposible, como algo que nunca llegaron a imaginar que existiese. Y los medios en Cuba apenas conocen de nosotros, apenas identifican lo que es ser youtuber, unos más (o menos) que otros. En otros países los youtubers tienen sus propios programas de radio o televisión, los invitan a eventos importantes, entrega de premios y eso nada tiene que ver con el contexto cubano. Los youtubers en nuestro país aparecieron a raíz de la apertura de Internet mediante las zonas Wi-Fi y salas de navegación, eso fue hace muy poco tiempo y por ende nos posiciona a años luz de los países más desarrollados en ese sentido.

¿A qué crees que se deba el incremento del interés de los jóvenes cubanos por Youtube?

—Para nadie es un secreto que en el paquete de la semana podemos encontrar muchos productos audiovisuales publicados en Internet y esa sed constante del cubano por estar conectado a la red de redes es precisamente la que produce su consumo. Una realidad es que poco a poco nos hemos convertido en una sociedad conectada y ya no hay que esperar al jueves o domingo por el paquete si lo puedes ver, incluso, en vivo a través de YouTube.

¿Son originales los youtubers cubanos o crees que aún se copian formas de hacer foráneas?

—Definitivamente hoy se copia mucho contenido de otras latitudes. Creo que cada cual ha creado su estilo, su manera de hacer y editar los videos, el enfoque que les damos, pero de igual manera se copia mucho y eso no quiere decir que no funcione. Se han hecho cosas pensadas desde Cuba y muy buenas, muy a lo cubano, pero cuesta desligarse de productos extranjerizantes.

¿A qué dedicas tu canal, cómo lo haces, en qué tiempo y con qué tecnología cuentas?

—No puedo definir mi canal con una temática en específico, sino que me gusta explorar de todo un poco. El tiempo si no surge, se hace. A veces es complicado con el tema de la Universidad. Muchas veces me he propuesto subir un video cada 15 días, pero la realidad me ha demostrado que no lo puedo hacer. A veces paso todo un día editando, pero en ocasiones demoro hasta una semana, eso depende del  tiempo de que disponga.

¿Qué te gustaría reflejar y qué te gustaría que se reflejara de Cuba en esa red social?

—Siempre con la verdad al frente por muy polémico que pueda ser el tema. Lamentablemente, no solo en YouTube sino también en otras redes sociales, vemos contenido manipulado y a nosotros nos toca diferenciar con qué nos debemos quedar. Yo creo que los youtubers cubanos somos un ejemplo de mostrar qué es Cuba desde diversas perspectivas, más allá de lo que puede ofrecernos la prensa oficialista o campañas publicitarias para el turismo, porque a fin de cuentas nosotros somos los directores de nuestro propio contenido y a la vez somos nosotros quienes contamos las historias. En mis videos he hablado desde la experiencia de subir el Pico Turquino hasta qué creen los cubanos del Internet por datos móviles, dos temas muy diferentes, pero a la vez muy cubanos.