CAMAGÜEY.- Walace Moreira da Silva, de 28 años de edad, oriundo de la ciudad de Conselheiro Lafaiete, de Minas Gerais, Brasil; es alumno de 6to. año de la carrera de Medicina en la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay. Los tres primeros años los cursó en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), el primero de preparación básica y español, los otros ya de la carrera.

¿Cómo y cuándo decidiste estudiar Medicina?

—No lo había pensado siquiera porque era algo imposible para mí, provengo de una familia humilde, mi padre es plomero y mi madre ama de casa, además tuve un hijo a los 18 años, me era muy difícil. Siempre soñé con trabajar vinculado con la gente y donde pudiera ayudar, como ser bombero, policía…, pero como mi papá militó por 25 años en los movimientos sociales de los Sin Tierra, los Sin Techo…, lo tenía como ejemplo. El Gobierno cubano propiciaba los estudios a esas personas y en el 2009 él me preguntó si estaba interesado porque se lo propusieron para unos de sus hijos, somos tres.

“Una vez que me lo dijo comenzamos a hacer los trámites, demoraron, pero lo conseguí. Mi padre pertenece al Partido de los Trabajadores y ha sido Diputado por dos ocasiones, ahora lo es”.

¿Cuál ha sido tu experiencia en Cuba de manera general?

—Es muy diferente a cómo se estudia en mi país. Mis profesores me respaldan y me esfuerzo mucho, ya estoy terminando. Ha sido una experiencia bonita y llevo el ejemplo de ellos, incluso, ya estoy haciendo lo mismo con los estudiantes de menos nivel.

“El cubano es muy parecido al brasileño, tenemos similares culturas y me llevo muy bien con todos, estoy muy agradecido de estar aquí, ha sido un pueblo muy hospitalario, donde me recibieron y cuidaron, cosa que no se ve en otros países. Ese abrazo que da el cubano no creo se encuentre fácilmente en otras naciones.

“La ciudad de Camagüey me gusta y la docencia que recibo es maravillosa, los profesores me enseñan, lo entregan todo. De hecho el Gobierno cubano me paga mis estudios”.

¿Tienes buena comunicación con tu hijo?

—Sí, y cuando ocurrió el incidente en Brasil acerca del regreso de los cubanos que integran el Programa Mais Médicos, me preguntaba si yo tenía que retornar a lo que le respondí: ‘no hijo, de aquí no me botan, descuida, terminaré la carrera’.

Al terminar, ¿qué planes tienes?

—Me gusta la clínica, sobre todo en pediatría, puedo optar aquí por la Medicina General Integral (MGI), hacer el servicio social y luego por la otra especialidad, pero de momento, por situaciones de familia debo regresar al concluir y así ayudar un poco.

¿Tienes que hacer la riválida del título?

—Sí, hay muchos desaprobados, pero tengo que afrontar esa situación, son pocos los que aprueban, un 20 por ciento más o menos, debo incorporar cosas nuevas y adaptarme a un otro sistema para ejercer y estoy dispuesto.

Vamos a pensar que ya aprobaste esa riválida, ¿qué harías?

—Siempre tuve el anhelo de trabajar donde me necesiten, y más en las poblaciones indígenas de Brasil porque son muy abandonadas y ahora más, buscaré la manera de atenderlas.

“Supe que las vacantes de los cubanos las ocuparán los graduados en Brasil y después los nacionales graduados en el exterior y luego los restantes. No sé si es bueno o no, desde aquí no puedo valorarlo, pero estoy seguro de que quienes se gradúan en Brasil no ocuparán esos vacíos”.

¿Qué piensas de la salida de los médicos cubanos?

—Es un sentimiento de tristeza porque conozco la calidad de la medicina cubana; también por esas personas carentes que no contarán con esa atención, eso me da mucho dolor. Por cada médico cubano que vira aproximadamente mil brasileños quedan sin atendimiento , eso me duele mucho, tengo un profundo dolor, un profundo pesar”.

En el sitio donde vives, por ejemplo, ¿cómo es la atención médica?

—Mi ciudad tiene nueve distritos, son como poblados alrededor y no hay médicos, y en el mío viven 5 000 personas, en otro 10 000 y así cada uno, sin un solo galeno. Tienen que viajar a la ciudad unos 40 minutos o una hora, en dependencia del lugar, hay consultorios públicos y gratuitos, pero no funcionan bien.

¿Cómo acceden a la medicina privada?

—Esa es otra posibilidad para quienes tienen las condiciones y la mayoría hace convenios con los hospitales particulares donde dan como un descuento, pero el más humilde no puede porque si no hay un respaldo económico no es atendido.

¿Si llegara una urgencia?

—Por ley están obligados a atenderla, pero se han dado casos de fallecimientos por esa causa, lamentablemente es así. No sé adónde vamos a llegar.

¿Quieres agregar algo?

—Sí. Que estoy muy agradecido por la misión médica cubana en mi país donde nos dieron una lección de humanidad, de humildad, de trabajo, de ayuda, de solidaridad y pienso que los brasileños se quedaron con todo lo bueno de los cubanos.

Y yo estoy segura de que muchos enfermos cubanos ya te agradecen...