NUEVITAS, CAMAGÜEY.- Hablé con ella por teléfono y cuando escuché su voz me pareció una adolescente llena de sueños y expectativas. Llegué un tanto escéptico a su encuentro, pensando que sería esa muchacha a quien encontraría y allí estaba, al frente de un grupo grande que combinaba sexo y edades, planificando el arranque de un gran complejo industrial único de su tipo en el país.

Ver a Elismary Rodríguez Rivero, directora General de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Fábrica de Fertilizantes y Plaguicidas de la Empresa Química Revolución de Octubre, de Nuevitas, fue impresionante porque desde su pequeña estatura y juventud estaba más tranquila y a gusto de lo que cualquiera pudiese estar en un lugar como ese.

Entre las ventanas alcancé a ver chimeneas de una altura enorme, máquinas grasientas, hombres como montacargas sosteniendo sobre sus hombros sacos enormes, estaba sin duda lejos de cualquier apacible comodidad.

La adolescente con la que había hablado vía telefónica desapareció de repente y me encontré frente a una mujer que por encima de su sencillez, delicadeza y belleza emanaba ese aroma a mambisa, a cubana.

Había egresado como Licenciada en Ciencias Farmacéuticas en el 2001, y solo transcurrieron dos años antes de que la fábrica la acogiera.

“Llegué a la empresa el tres de enero del 2004 como especialista en ensayos físico-químicos y mecánicos, y en el 2005 me desempeñé como especialista B en gestión de la calidad”, cuenta Elismary con la alegría de quien narra su historia favorita.

Superarse es siempre un reto, y como joven emprendedora aceptó el suyo, así se graduó en 2012 de Ingeniera Química en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, agregando mayor profesionalidad a sus años en la planta.

Como mujer también tiene esa vida más allá de las puertas de su empresa, luego de finalizar la jornada, pues es igualmente madre y esposa, roles que logra cumplir también como esa ama de casa que la familia demanda cada vez que llega a su hogar.

“Cada día tiene mucho más que 12 horas de trabajo, sobre todo con la familia... llegas a casa y no puedes sentarte a descansar, tienes que ponerte en función de las labores domésticas, ayudar a los niños con las cosas de la escuela, es complicado pero depende mucho de uno, de saber planificarse el tiempo”, reconoce Elismary.

Los años de trabajo la dotan de esa experiencia que los jóvenes admiran y los mayores comparten, ser fémina le da ese toque maternal y delicado a la hora de tomar decisiones, de ahí que sea tan querida y respetada por quienes forman parte de esa multitud de obreros que conviven bajo el humo amarillo que indica la producción de esos fertilizantes que le permiten al suelo dar lo mejor de sí.

Ella es también diputada en el Parlamento cubano, y confiere gran importancia a la necesidad de continuar trabajando en el reordenamiento de la empresa, según las estrategias trazadas por el país.

“Sustituir importaciones constituye un reto para nosotros. Actualmente trabajamos en producir los fertilizantes nitrogenados que tanto demanda la agricultura para poder dar nuestro aporte a la producción de alimentos para el pueblo”, asegura.

Elismary es de esas mujeres que se ajusta a su tiempo y se compromete con el mismo, razón por la cual la UEB Fábrica de Fertilizantes y Plaguicidas de Nuevitas se enorgullece de tener sosteniendo sus riendas a una mujer que trae en sí todo el espíritu de esta tierra.