CAMAGÜEY.- Ahora no puedo afirmar si la causa es biológica o mística para esa realidad: a Florida le nace mucha gente popular. Cito par de ejemplos con la famosa agrupación autotitulada de “Maravilla” y el olímpico grupo Rumbatá. También allá hay un hombre orquesta que merece ovaciones tremendas, porque su concierto cotidiano es la sinfonía por la vida desde el hospital pediátrico Leopoldo Rey Sampayo. Me refiero al doctor Nelson del Sol Serrallonga.

Adelante pretendía hacerle una “visita de médico”, pero esa misión resultó imposible por su historia clínica de conversador. Se trata de un hombre llano que al parecer solo guarda secretos de Estado. Anda liviano, como si no fueran pocas sus responsabilidades como especialista de Segundo Grado en Pediatría, director del hospital, delegado de circunscripción, diputado en la Asamblea Nacional...

—¿Limitan esas tareas su preparación para los niños?

—No, soy el primero en los talleres, los eventos y los programas de capacitación. No puedo quedarme retrasado, a los médicos no los dirige cualquiera. Aquí se promedian alrededor de 600 embarazadas y 800 nacimientos al año. Nuestra maternidad abarca Florida, Carlos Manuel de Céspedes y Esmeralda. Por eso se perfecciona el trabajo con el riesgo prenatal y el seguimiento en la atención primaria, por nuestra lucha contra la infección respiratoria asociada con la sepsis, la mayor causa de muerte en el niño. En el 2017 contribuimos a que Florida tuviera cero de mortalidad infantil. Conservar ese indicador es nuestra principal misión.

—Un hospital es espacio de sensibilidad, mucho más el de los niños…

—Los pediatras nos dedicamos a dos elementos de sensibilidad. Uno es el niño, y el otro, la mamá, porque muchas veces el niño no habla. También ofrecemos servicio de hemodiálisis con seis riñones artificiales, y con el mejor indicador de re-uso de la provincia. Aquí atendemos dos extremos: la mortalidad infantil como indicador y la supervivencia de enfermos que no tienen riñón. Aprendemos a prevenir la muerte en un niño y a manejar un enfermo que si no se hemodializa, muere. ¿Qué nos faltaría para completar? Tener pacientes oncológicos.

—Ser líder y cuadro implica renunciar a parte de la vida personal. ¿Lamenta algo?

—Nada. El sacrificio conlleva a que la familia aprenda a compartir largas horas de trabajo. Por eso le agradezco tanto a la mía. Somos colectivo moral y queremos ratificar la condición de destacados a nivel nacional. Estamos optando por el Premio del Barrio de los CDR. Este año fuimos el primer centro laboral de la provincia declarado XXI Congreso de la CTC. De centro asistencial nos hemos convertido en un centro docente de excelencia y en un centro investigativo.

“En los años que llevo dirigiendo nunca había visto un plan de la economía tan bien notificado, gracias a la dirección provincial de Salud. Eso permitirá dar salida a objetos de obra para atenciones a pacientes, trabajadores, madres acompañantes y a evitar los riesgos intrahospitalarios de los enfermos en las salas. Lo que hace falta es trabajar y tener ganas de transformar el medio donde nos desenvolvemos”.

—¿Cuánto hay de cierto en que la bata más blanca se lleva adentro?

—En el hospital hemos completado espacios físicos de ampliación de dos salas de pediatría, un departamento de ultrasonido, otro de medicina natural y tradicional, otro de dietética, uno de banco de oxígeno, uno administrativo para hemodiálisis. Creceremos con un centro para reuniones científicas y para la vida sindical. Pretendemos cambiar el 100 % de la carpintería, la sanitaria, y pintar el hospital. He ahorrado el 30 % del pago de mano de obra porque mis trabajadores comparten la tarea de la bata con la de la pala y el machete a pie de obra.

“Por el 26 de Julio hemos emprendido la construcción de viviendas en La por fuerza, La conejera, El deportivo, el Cielo floridano y el hogar materno. Trabajamos en el embellecimiento de cuatro cuadras de la Carretera Central, de conjunto con los estudiantes de Medicina. Además, comparto la misión importante de ser delegado de la circunscripción No. 81 del Consejo Popular Argentina, donde se construye un policlínico. Mi tarea es doble y la conduzco con empeño y amor, porque yo agradeceré eternamente a la Revolución”.

—¿Cuál es el peso de que lo sigan proponiendo y ratificando?

—El peso de ese sacrificio es el ejemplo. Lo que el trabajador y el pueblo siguen del líder popular y del administrativo es la condición de ejemplo. Si eres el primero que se quita la camiseta para recoger basura, que construye casas de subsidio, que visita los damnificados y pone bloques en el centro de trabajo, la gente te sigue. Ese es el valor más importante de un cuadro y de un delegado. Llevo 22 años como delegado de circunscripción, fui 10 años delegado de la Asamblea Provincial, llevo cinco años de diputado y me ratificaron como diputado en la IX Legislatura. Eso me compromete con mi colectivo y con mi pueblo.

Con Nelson del Sol Serrallonga se puede pasar un día en diálogo ameno, por su carisma y por su sentido de pertenencia de cuanto representa. “Este hospital lo inauguró Raúl cuando yo era un niño. Estudié en Camagüey, pero vine para acá. Soy floridano rellollo”, nos dice el doctor en la salida del hospital, aunque para despedirnos no podíamos dejar de escucharle y de apreciar la fuente y la jardinería, primera buena impresión de un lugar donde florece la esperanza de vida.