Foto: Alexei Nápoles González/ColaboradorFoto: Alexei Nápoles González/Colaborador ESMERALDA, CAMAGÜEY.- El huracán Irma afectó un total de 148 unidades médicas en toda la provincia, incluso derrumbó completamente algunas estructuras que estaban en reparación en ese momento, pero lo que no logró fue dejar que los pobladores se encontraran sin asistencia médica tanto en sus localidades como en los centros de evacuación.

En Palma City, poblado del municipio camagüeyano de Esmeralda, antes, durante y después del paso del devastador ciclón, el pueblo se sintió muy protegido, por contar con los servicios de la doctora Leyanis Hernández Pimentel, oriunda de la localidad.

Una galena recién graduada enfrentó como primera gran experiencia el paso de un potente huracán en la comunidad a la que le encomendaron brindar atención médica, Palma City, y ante la duda de algunos respondió: “Yo me muero con mi gente”. Tres días después que concluyera el evento meteorológico regresó a su casa y sin toparse dificultades, enseguida volvió al consultorio.

Su historia, que de seguro se repitió en otras regiones de la provincia y el país, la había escuchado días pasados en la voz de un directivo del sector de la Salud en Camagüey, como ejemplo de la profesionalidad que caracteriza al ejército cubano de batas blancas.

Y es que su modestia y sencillez no le dejaron contar más pormenores de su valiente actitud, en cambio, sin contratiempos aceptó dialogar sobre la situación actual que en materia médica presenta la zona en que labora.

“Después de un ciclón preocupa siempre el incremento de enfermedades de transmisión digestiva, sin embargo, no tuvimos ni tenemos ninguna epidemia de ese tipo, gracias a las medidas que se tomaron en cuanto al uso del hipoclorito y la información constante a la población, la cual además ha ganado amplia cultura en la ingestión de agua segura”.

¿Y no han proliferado otros padecimientos?

—No existe un elevado índice de infecciones respiratorias ni de casos de conjuntivitis viral y hemorrágica; y las embarazadas y lactantes están controladas y sin ninguna complicación. Lo único negativo es que ahora como vienen muchas brigadas de otras regiones a apoyar las labores de recuperación han surgido algunos accidentes de trabajo durante la reparación de las casas, aunque sin lesiones graves.

Con una catástrofe natural de elevada magnitud van al suelo centenares de inmuebles, pero lo material con el concurso de todos se recupera, lo único que no tiene remedio es la muerte de un ser humano, y para impedirlas, nuestro sistema de Salud cuenta siempre con la fuerza y el sentido del deber de personas como Leyanis.