VERTIENTES, CAMAGÜEY.- La conocí  en los cañaverales del municipio, regando trozos de la dulce simiente sobre  los surcos abiertos, mas su historia laboral comenzó muchísimas décadas antes por el ingenio Siboney y hoy, cuando los campos de caña y la industria se les hacen esporádicos,  distantes de la oficina donde  desempeña la especialidad de Recursos Humanos, no deja de adelantarse al sol  para llegar temprano a sus 55 años de trabajo.

Ella, quizás una de las pocas mujeres cincuentenarias del sector azucarero en Cuba en plena faena, me cuenta que fue una Madre Ejemplar y Combatiente de la Educación, fundadora de los Comités de Defensa de la Revolución y de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

—¿Cómo te las arreglabas, entonces,  para atender a tus dos niñas, el esposo, las tareas de las organizaciones de masa y destacarte en tu profesión?

—Me  acostaba tarde y me levantaba  (me levanto) muy temprano, adelantaba todo el quehacer del hogar y cumplía mi trabajo como cederista y federada.

—Posees disímiles reconocimientos: las medallas de la Alfabetización, 28 de Septiembre, Jesús Suárez Gayol, Jesús Menéndez, Aniversario 40 de las FAR, la 23 de Agosto… y estás inscripta en el Libro de Honor de la Mujer Camagüeyana. ¿Qué ha representado para ti la Federación de Mujeres Cubanas?

—Figúrate que siendo una jovencita, previo a  la constitución de la FMC yo pertenecía a la Unidad Femenina que se creó y siempre he respondido a las tareas de mi querida organización, ahora con menos pujanza que al principio, tal vez por la edad, lo reconozco, pero desde antes de la fundación del Poder Popular, por mi Circunscripción 122 y la Delegación Haydee Santamaría, he participado de forma ininterrumpida en todos los preparativos y procesos electorales como federada, por ello me siento muy feliz de que las camagüeyanas seamos anfitrionas del acto nacional  por el aniversario 57 de la federación.

Tampoco esta fémina del Azúcar ha dejado de ser una activa dirigente sindical del gremio: “Fui dirigente sindical por más de 30 años, ocupé distintas responsabilidades desde la sección sindical hasta el buró —cuatro años— como miembro no profesional del Sindicato Provincial Azucarero. Participé en el  XV Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y en los congresos XVI y XVII del sindicato Azucarero”.

Y aunque la trayectoria revolucionaria de la militante del Partido Comunista de Cuba es mucho más rica, inacabable  que las vivencias  descritas  y obtenidas mediante el factor “sorpresa” ante una resistente modestia, descubro en la pared frente a su computadora de trabajo, matizado de  verdes cañas el  diploma de Premio por la Obra de la Vida de Luisa Máxima Pérez Arencibia, una voluntariosa mujer que, entre amaneceres y atardeceres, ha tejido  una larga vinculación humana por más de medio siglo entre cañaverales y  centrales azucareros.