Ella, presidenta del Comité por los Cinco de los Países Vascos, mantenía, con frecuencia, comunicación por vía electrónica con Antonio Guerrero y quiso esta vez, 17 de diciembre de 2015, dejar constancia de que no olvidó lo ocurrido en igual fecha del pasado año.

De manera jocosa a quienes nos escribió puso: “Aunque me haya jubilado de cartera de Tony, no he borrado sus direcciones de la memoria (de mi compu, ya que la mía no es tan grande) y hoy les vengo a saludar, recordando el regalo de Año Nuevo que, con unos días de antelación, fue regalado a la solidaridad internacional”.

Transcribo literalmente este mensaje de una mujer que hace menos de cinco años recorrió Cuba, con amigos de nuestro país, y estuvo en Camagüey, ocasión en que la entrevistamos sobre sus nexos con los antiterroristas en una de las áreas de estar del Hotel Colón.

EL AÑO PASADO, EN LA HABANA

“El día 17 de diciembre de 2014 exactamente, el tiempo era hermoso. El sol brillaba. Ni una nube en el cielo, ni un soplo de viento en las palmeras que bordean el aeropuerto José Martí.

En la sala de los VIP del aeropuerto, muchas personas estaban reunidas, mujeres, hombres, niños, gente joven, gente mayor, y hasta militares con uniforme oficial. Un rumor confuso, una espera, una nerviosidad, una febrilidad, de las que preceden los grandes acontecimientos. Y llegó corriendo un empleado del aeropuerto: “¡El avión está llegando! ¡El avión está llegando!”. Entonces, el rumor se apagó instantáneamente. Luego cada uno se precipitó hacia las ventanas. Arriba, en el cielo, había aparecido un punto brillante, que a cada segundo se hacía más grande, más próximo...Cuando el avión aterrizo en la pista, pronto, pronto, desplegaron una alfombra roja, un oficial se cuadró al pie de la pasarela.

En la sala, el corazón de Mirta latía locamente. Elisabeth, rodeada de sus hijas, ajustaba mecánicamente la blusa nueva que se había comprado para el gran momento. Adriana, con la mano puesta en su barriga de futura madre, calmaba al bebé a punto de nacer y que pataleaba, comí si la excitación general le contaminaba a él también. ¡Más de 16 años que a Adriana le impedían ver al hombre que ama! ¡Y ahora estaba llegando! ¿Le iba a parecer tan linda como antes, después de tantos años, y esa silueta transformada por una avanzada maternidad?

Y se abrió la puerta del avión. Lo demás, ustedes lo saben. Uno tras otro, tres hombres salieron. Primero Tony, después Ramón, y por fin Gerardo. Los últimos de los 5 de Miami que regresaban a casa, después de 16 años pasados en las cárceles de Estados Unidos, de donde, normalmente, nunca debían salir...

Pero la solidaridad se había puesto en marcha, más y más fuerte al transcurrir los años, exigiendo su libertad. Los EEUU, al fin y al cabo, cedieron y liberaron a los Cinco contra la libertad de Alan Gross, un estadounidense empleado por una agencia yanqui que  trabajaba para derrumbar la Revolución Cubana, y detenido en Cuba. ¡Sin embargo, varias veces los norteamericanos habían dicho que no querían este canje que, para los cubanos, era una condición previa a cualquier restablecimiento de relaciones!

Tuvieron que rendirse a la opinión internacional. Y así, el 17 de diciembre de 2014, hace exactamente un año, Gerardo, Ramón y Tony recobraron la libertad y se pudieron reunir con sus familiares y amigos, entre los cuales René y Fernando, liberados ellos después de cumplir la totalidad de su condena. Por fin, los Cinco estaban reunidos, libres y felices.

Ese mismo día, La Habana y Washington restablecieron relaciones interrumpidas durante más de medio siglo.

Ha pasado un año. Los Cinco, después de un corto examen por la flor y nata de los psicólogos de la capital, fueron declarados listos por el servicio a la Patria. Y ahora, son algo como embajadores oficiosos de la República de Cuba para los amigos solidarios de la tierra, y recorren el planeta para encontrar a quienes, durante tantos años, les apoyaron.

Fernando, además, ha sido nombrado vice-presidente del ICAP, el Instituto Cubano de Amistad entre los Pueblos. Todo un símbolo.

En septiembre de 2014, René, acompañado por Olga, fue quien nos visitó durante la Fiesta de la Humanidad. Este año, le tocó a Gerardo, escoltado de Adriana  y de su hija, Gema, nacida tres semanas después del regreso de su padre. Como si ella hubiera esperado lo que es, para muchos compañeros, un verdadero milagro y la prueba que todos unidos podemos hacer grandes cosas.

Una buena lección. Porque, aparte que hayan quitado a Cuba de la lista de los estados terroristas, los EE.UU sólo permitieron concesiones menores: el bloqueo sigue siendo efectivo (aunque si, ahora la isla puede importar productos que contienen un 20% de componentes estadounidenses, en vez de 10%) y la bandera con rayas y estrellas sigue flotando en Guantánamo”.

Sabemos lo que nos queda que hacer: seguir siendo vigilantes para que fracasen las maniobras de EE.UU. Una vigilancia que más que nunca nos ha de mantener al lado de Cuba, pero también de Venezuela y de toda esa América Latina que decidió levantarse frente al destino.

Lo que no impide que tengamos la mayor vigilancia con lo que pasa en nuestra casa. Al contrario. Annie Arroyo, esta mujer nos demuestra que los amigos nunca se olvidan. Me viene a la mente célebres expresiones de nuestro José Martí; en 1875, en la Revista Universal, sublimiza la amistad cuando escribe en "Escenas mexicanas",…

"La amistad es tan hermosa como el amor: es el amor mismo, desprovisto de las encantadoras volubilidades de la mujer", o cuando nos dice: "…hay un amor casi tan bello como el amor, pronto siempre en el hombre a complacencias infantiles y a debilidades de mujer: un suave amor sereno que llaman amistad". Ejemplos de esa verdadera amistad tienen en Fermín Valdés Domínguez un pilar incuestionable. En discurso en su honor diría Martí el 24 de febrero 1894 a un año y casi tres meses de su muerte: "…la lealtad de los amigos, que es almohada cierta".

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