“Cuando tú te ves en un evento así –el Campeonato Mundial de Boxeo para Cadetes– nada más piensas en seguir pa' lante, una pelea detrás de la otra”, comenta al recordar sus actuación en la ciudad del Neva, donde se agenció la única corona conquistada por Cuba (división de más de 80 kilogramos). “Hacerlo no es fácil porque uno se encuentra con boxeadores difíciles; hay países que llevan a muchachos de mucho nivel, como los kazajos y los rusos”.

–Cuéntame de la pelea contra el ruso en semifinales, ¿fue la más complicada?

–El profesor Humberto Horta me dijo que tenía salir fuerte, para no dejar que me la quitaran y eso fue lo que hice: salí a marcar todo lo que podía. Aunque me gusta el combate de riposta, también sé concentrarme en el ataque y entrarle con todo a los rivales, eso es algo que nos repiten siempre: que uno gana con los golpes que da.

–En Cuba te mantienes invencible y en el exterior tu balance también resulta poco menos que perfecto, ¿cómo lo consigues?

–Todos los días trabajo mucho en el desplazamiento de piernas, me ejercito todo lo que puedo para tener buena velocidad y resistencia. Me gusta terminar los asaltos con la misma potencia con que los comencé. Cuando tú llevas el ritmo de la pelea, tienes la resistencia y la fuerza para hacerlo, no hay rival que pueda contigo.

–¿Qué podemos esperar ahora de ti?

–El título mundial juvenil. Esa es mi meta, y por supuesto, “La Finca”, quiero estar con mi hermano en el equipo nacional.

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