VERTIENTES, CAMAGÜEY.- Pocas veces un Director Técnico (DT) es capaz de preparar una estrategia tan efectiva en la Liga Nacional de Fútbol como lo hizo el pasado sábado el del equipo Santiago de Cuba: el italiano Lorenzo Mambrini.

La derrota de los Miuras 1-2 ante los llamados Diablos Rojos fue fabricada en la cabeza de Mambrini, quien caracterizó perfectamente a los jugadores y al sistema rival, como si se tratara del mismísimo Dante Alighieri concibiendo los nueve círculos de su infierno.

En la primera mitad, los santiagueros exhibieron un juego poco elegante, sustentado en el trabajo físico y transiciones directas a la ofensiva con pelotazos desde el fondo. “Les ordené a los muchachos que desgastaran a los hermanos Horta con centros directos para enfrentarlos a Pablo “Takechi” Labrada. Además, tratamos de contener a “Buena fe” (Yaisniel Nápoles), para que no se combinara en ataque con Libán (Pérez)”, declaró el dirigente italiano.

No obstante, fue Ángel Horta quien aprovechó una confusión en el área contraria en un tiro de esquina  al minuto 31. Poco duró la felicidad en casa pues el mismo Horta se apresuró en un cierre defensivo a una acción de contraataque y dejó la meta a disposición de Rolando Abreu; un disparo cruzado en el mano a mano con Elier Pozo llevó el empate a la pizarra.

Al cierre de la primera mitad del encuentro, no se definía un claro dominante, aunque los de casa tenían mayor posesión del balón. Fue entonces cuando el entrenador de moda del fútbol cubano ideó junto a sus pupilos las tinieblas del final.

“Muchos pensaron que estaba loco cuando sustituí a mi mejor jugador (Labrada) y adelanté las líneas. Traté de asfixiar la salida de Camagüey por el centro del campo, donde Fernández (Raidel) y Daniel (Luis Sáenz) estaban haciendo buena labor. Aprovechamos la confianza que tenían en ellos: les robamos el balón en esa zona y encaramos la portería en superioridad numérica con toques de primera intención para afectar a los centrales”, sentenció.

Así llegó la jugada decisiva del partido en el minuto 86, cuando el incombustible Lionis Martínez recuperó una pelota en zona de volantes y guío una diabólica jugada con cuatro pases continuos que finalizó con otro letal disparo Abreu, jugador más valioso del tope.

Para este reportero es cuestionable la estrategia del DT camagüeyano Roberto Villegas en la última media hora del choque. Primero realizó tres cambios totalmente ofensivos en lugar de refrescar en zona trasera y ordenó atacar en bloque. Luego, a falta de 7 minutos, pasó por alto que el empate era negocio rentable y era necesario priorizar la defensa con cinco o más efectivos.

En la recta final, los Miuras se abalanzaron en busca de la igualdad; pero entre el poste izquierdo del arco santiaguero, las prodigiosas manos del portero Nelson Johnston, y la ceguera del árbitro principal Michel Rodríguez, se diluyó la esperanza.

De esta forma, el Dante del banquillo y sus Diablos (líderes con 15 puntos) se llevaron la victoria más importante en su batalla por coronarse en la 102 LCF. Para los nuestros (segundos con 11 unidades) no queda otra opción que ganar cada partido y esperar por un fracaso de Santiago de Cuba frente a Villa Clara, Las Tunas o Ciego de Ávila.