En esa lista incluye a los trabajadores de la Villa Azucarera (donde se aloja la selección), a la Dirección Municipal de Deportes en Minas (territorio que sirve de sede a sus partidos) y a cientos de aficionados que en cada de juego siguen al conjunto.

–Los Miuras han disfrutado de un respaldo similar por años y sin embargo, no han conseguido hacerse justicia, ¿qué cambió en Camagüey esta vez?, ¿qué hizo que ahora fuera capaz de encontrarse con el camino hacia el triunfo?

–Los primero fue la disciplina, la disciplina táctica que debían poseer los jugadores dentro del terreno y la que les correspondía mantener fuera de él. Desde el inicio de la preparación se trabajó bien, los muchachos se mostraron muy motivados y se comprometieron con todo lo que nosotros pretendíamos; eso también nos ayudó con las figuras nuevas que venían de los juveniles, para que consiguieran acoplarse al equipo, en especial con los más veteranos.

–Luego del empate con Guantánamo y la derrota ante La Habana, Camagüey se rehizo de una forma impresionante, al punto de eslabonar once victorias consecutivas, ¿cómo fue posible algo así?

–Trabajamos mucho con los jugadores antes de cada partido, en su preparación física y –muy especialmente– psicológica, en la concentración para que las cosas salgan bien o al menos lo mejor posible; hablamos mucho con ellos. Todo forma parte de un plan que busca aprovechar las habilidades innatas de nuestros atletas, en particular su rapidez y habilidad en el ataque. Siempre nos concentramos en conservar la pelota y contraatacar al contrario, algo que nos ha venido muy bien; esa fue la base de nuestro sistema de juego.

–Esta derrota ante Ciego de Ávila sorprende un poco y rompe una racha de récord, ¿a qué se debió?, y más importante aún ¿qué puede esperar la afición en las tres salidas que quedan por venir?

–Ciego de Ávila es un rival de cuidado en cualquier circunstancia; ellos supieron aprovechar los errores nuestros y devolvernos el golpe que le habíamos propinado allá en Morón. No pienso que se trate de una sorpresa, sino de algo que siempre cupo dentro de lo posible. De todas formas, no vamos a bajar el ritmo en ninguno de los compromisos que faltan. Como mismo el equipo se propuso jugar partido tras partido y consiguió el récord de victorias consecutivas, ahora buscamos defender cada encuentro como una oportunidad para seguir trayéndoles alegrías a los camagüeyanos. Queremos que el campeonato sea una fiesta hasta el final.

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