CAMAGÜEY.- Los Miuras comenzaron de la peor manera la hexagonal final de la 103 Liga Nacional de Fútbol al caer 0-2 hace una semana en su visita al equipo de Ciego de Ávila en la cancha del municipio de Morón. Al menos a esa conclusión llegamos con el análisis de la hoja de anotaciones, pero después de escuchar las impresiones de colegas que presenciaron el choque, jugadores y parte del cuerpo técnico, podemos cambiar de parecer.

Según supimos, los camagüeyanos mantuvieron el equilibrio táctico en gran parte del encuentro ante los Tiburones, pese a no contar con varios de sus principales efectivos. Las bajas por lesión de los internacionales Yaisniel Nápoles, Dagoberto Quesada y Armando Coroneaux, fueron compensadas en parte por el aporte de los refuerzos Roberney Caballero (Villa Clara) y Yoelvis Armenteros (Cienfuegos).

No fue hasta el minuto 70 que el delantero Allán Alvaro anotó el primero y dos minutos después el mediocampista Tomás Cruz puso cifras definitivas al marcador. La otra buena noticia para los nuestros fue la buena actuación del joven portero artemiseño Joan Cantero, muy dispuesto en su debut con la camiseta agramontina. Estos argumentos filtran algunas luces en medio de la oscuridad de la derrota y con vistas al enfrentamiento de la segunda fecha.

Hoy los Miuras buscarán sumar tres puntos frente el vigente campeón Santiago de Cuba, conjunto que derrotó a Sancti Spíritus 2-0 y extendió su invicto en el estadio Antonio Maceo. En esta fecha tampoco podrán contar con los servicios de Nápoles y Quesada, por lo que será crucial lo que puedan aportar hombres como Omar Romero y Liván Pérez. Según el director técnico Omar Brizuela, “durante la semana entrenaron algunas combinaciones ofensivas para mejorar la efectividad en la terminación de las jugadas. La lluvia nos perjudicó pero pudimos trabajar en las deficiencias y la integración de los refuerzos a nuestro esquema. Confiamos en los muchachos y su potencial para triunfar ante cualquier rival de Cuba”.

Para Camagüey es importante marcar temprano y que sus zagueros haga un buen trabajo en los últimos 25 minutos de juego, donde los santiagueros suelen mandar a todos sus efectivos al ataque. Precisamente después del minuto 65 es cuando los camagüeyanos permiten más anotaciones, en ocasiones por falta de concentración. El de hoy será un partido muy físico y con transiciones rápidas, como sucedió en los enfrentamientos entre ambos en la pasada edición de La Liga. En el juego fuerte de los experimentados hermanos Horta, Yoicel Salazar, Luismel Morris y Raidel Fernández puede estar la clave para detener a los Diablos Rojos.

El colectivo de dirección y los jugadores no han perdido de vista el objetivo que se trazaron desde el inicio: reeditar la corona alcanzada hace tres campañas. Pero deben comenzar ya a escalar en el escalafón porque en diez partidos no hay mucho margen para los malos pasos.