CAMAGÜEY.- Los cuatro juegos protagonizados por Santiago de Cuba y Camagüey, como parte de la presente Serie Nacional de Béisbol Sub-23, pusieron en evidencia varias “verdades” que desde hace algún tiempo se venían perfilando. La principal de todas: que ambos equipos se cuentan, en pleno derecho, entre las potencias de la categoría en el país.

Otras evidencias apuntadas durante estos días tienen que ver con el buen momento que viven los zurdos Dariel Góngora y Leonel Segura, y la necesidad que sigue teniendo el cuadro camagüeyano de organizar una medialuna defensiva en toda la extensión de la palabra. Eso, por no hablar de la impulsión de carreras.

Para los que no pudieron seguir de primera mano, la recapitulación puede resumirse en cuatro resultados: éxitos camagüeyanos de 3-2 y 4-2 (a la cuenta de Ángel Ramírez y Góngora, respectivamente) y sonrisas santiagueras de 5-1 y 5-0 (derrotas de Yariel Rodríguez y Arbelio Quiroz). En términos generales, esa división de honores dejó sin cambios la “decoración” de la zona clasificatoria oriental, donde Toretes e indómitos se mantienen en el puesto más alto de la tabla, ahora con quince triunfos en veinte presentaciones.  

Así se llega a la mitad del campeonato, que desde mañana comenzará su segundo segmento sin favoritos indiscutidos. Si bien hasta ahora los nuestros y los de la Ciudad Héroe han mantenido un paso poco menos que indetenible, no es menos cierto que rivales como Sancti Spíritus (11-9) y Holguín (10-10) no están –ni por mucho– eliminados.

Precisamente los de los Ciudad de los Parques intentarán poner en entredicho el buen desempeño de los camagüeyanos. Su visita al “Cándido González”, desde mañana jueves y hasta el domingo, marcará el penúltimo segmento de juegos escenificados por los agramontinos ante su público; oportunidad más que “cantada” para ampliar diferencias y relegar a uno de los pocos perseguidores en condición de amenazar su pase a la postemporada.

En la búsqueda de ese objetivo resultarán vitales los aportes de Góngora y Segura, dos hombres que desde hace tiempo vienen mostrando credenciales para llegar más allá de esta liga. Sus números los remiten por vía directa al pelotón de los líderes. Góngora, por ejemplo, no es solo el primer serpentinero en archivar cinco victorias, además comanda en innings trabajados (43.2), juegos completos (3) y lechadas (2); su promedio de limpias tampoco deja lugar a las dudas: 0.82 (average rival de .149).

El caso de Segura resulta arquetípico. Pocos peloteros han logrado como él aprovechar la Sub-23 para evolucionar en su carrera y ganar herramientas con las que labrarse un nombre incluso en la Serie Nacional. Primero en ofensiva (.427), hits (32) y dobles (10), imprescindible en la anotación e impulsión de carreras (13 y 12, por ese orden), sus aportes lo han convertido en piedra angular de la escuadra que conduce el internacional Luis Ulacia. Solo toca verlo desarrollarse y esperar por cómo pueda contribuir a la causa del equipo.

¿Inquietudes? La defensa y la impulsión. Para el lector que haya seguido por algún tiempo esta sección, deben ser viejas “conocidas”. Del primer tema solo queda recordar que ni el campo corto ni la antesala tienen nombres seguros; en el segundo, la cuestión es de más larga data. Por solo apuntar un hecho, entre los cuatro partidos se produjo la friolera ocho carreras, demasiado pocas como para pensar en celebraciones. Con la ausencia confirmada de Alexander Ayala para el primer segmento de la Serie 57, las “respuestas” que no puedan conseguirse desde esta temporada pesarán demasiado en el calendario de mayores.

La ofensiva camagüeyana ha dejado muchas oportunidades en el tintero. De cara a los compromisos por venir, esa carencia es un lujo “incosteable”. Foto: Leandro Pérez Pérez/AdelanteLa ofensiva camagüeyana ha dejado muchas oportunidades en el tintero. De cara a los compromisos por venir, esa carencia es un lujo “incosteable”. Foto: Leandro Pérez Pérez/Adelante