CAMAGÜEY.- Los Toros, tras siete derrotas consecutivas ante el Matanzas Béisbol Club —como le llaman los aficionados al equipo dirigido por Víctor Mesa—, lograron demostrarse que un poco de suerte y jugando buena pelota son capaces de derrotar a los Cocodrilos, tras lo sucedido en el segundo choque de la subserie acontecida en el estadio Cándido González.

Algunos creen que se le pudo ganar dos encuentros a Matanzas, pues con la excepción del primero que terminó por fuera de combate en ocho entradas, el resto de los partidos fueron por diferencia de una carrera. En ese primer desafío, los nuestros no pudieron descifrar los envíos de Jonder Martínez, quien toleró solo seis hits y dejó en blanco al tercero, cuarto y quinto bates del line up camaguëyano, todo lo contrario de los maderos yumurinos, quienes pegaron 13 imparables y fabricaron 12 carreras, incluyendo cinco limpias al lanzador abridor Arbelio Quiroz en solo uno y un tercio de entrada.

Muy diferente fue panorama del segundo enfrentamiento, aunque volvió a fallar el pitcheo abridor, la jugada sorpresa de Orlando González de abrir con Duniesky Álvarez Chirino no salió bien y nuevamente sin completar dos entradas permitió cinco carreras limpias. Fue en la novena, a un out de concluir el choque, cuando los bates locales despertaron ayudados por un poco de suerte y el error de Wiliam Luis en el jardín derecho le dieron la victoria a los Toros, primera ante Matanzas en la 56 Serie Nacional de Béisbol.

En el tercer choque, José Ramón Rodríguez no abrió tan dominante como otras veces, aunque solo permitió tres imparables, sí le anotaron cuatro limpias, aunque los nuestros llegaron a ponerse a una carrera, al igual que en los juegos contra Villa Clara, tampoco pudieron remontar. Esta derrota estuvo matizada por una polémica jugada, a la altura de la sexta entrada, en la segunda base, en la que el arbitro interpretó una obstrucción y anuló dos carreras de Camagüey, tal parece que queremos quitarle agresividad a nuestro béisbol y por esas cosas, cuando salimos a jugar fuera nuestros jugadores no se adaptan.

Fueron tres choques en los que los abridores camagüeyanos, en nueve entradas, permitieron 14 anotaciones, cifras con las que es muy difícil ganar, y si a esto se le suma la poca productividad mostrada en el tercer encuentro, al punto de que con 12 hits solo pisaron tres veces la goma, mucho más remotas se vuelven las posibilidades de obtener la victoria.

Realmente los muchachos ya hicieron la hombrada con colarse entre los seis, y aunque algunos analistas piensen que ya están los cuatro de las semifinales, faltando todavía 27 encuentros, los Toros tienen aún esperanzas. No obstante, la misión para las nueve subseries que restan es jugarlas sin presión y con el ánimo de desarrollarse, solo así saldrán los resultados para el corto y el largo plazo.