CAMAGUEY.- En 2015, por estas alturas de la Serie Nacional de Béisbol, cualquier camagüeyano con las más mínimas inclinaciones beisboleras sabía que iba siendo hora de buscar nuevo equipo. Como en tantas otras temporadas, los Toros volvían a iniciar calendario bajo la sombra del fracaso, y entre los parciales de este pedazo de la Isla renacía la fatalista convicción de que en cuanto a la pelota lugareña no había nada que esperar.

Pero eso fue en 2015.

Concluidas las tres primeras subseries de la presente edición de nuestro clásico nacional pareciera que los integrantes de la nómina tricolor hubieran sido abducidos por algún inexplicable poder... y retornados a nuestros lares convertidos en una máquina de batallar partidos.

Batallar, solo ese calificativo puede describir la forma en la que han asumido sus compromisos los dirigidos por Orlando González, tan debutante como seguro en su función de conducir a la nave tricolor más allá de los primeros 45 juegos.

Haciendo números la realidad es esta. Camagüey arribará este viernes al “Latino” con balance de seis victorias y tres derrotas, válido para agenciarse la tercera posición del escalafón general, únicamente por detrás Matanzas (8-1) y Villa Clara (5-3). Con esa “cosecha” los nuestros se mantienen a una raya del “pelotón” de aspirantes que –ahora mismo– se postulan para continuar rumbo a la segunda fase (Granma, La Isla y Ciego de Ávila).

Aunque el calendario solo comienza, de mantenerse jugando con un nivel similar al que hasta ahora han mostrado, los agramontinos tendrían casi todas las papeletas para pensar en unas cuantas semanas más béisbol, ya entre los seis grandes de la actual temporada.

Por apartados de desempeño la nómina tricolor muestra estadísticas que de ninguna forma hubieran “cabido” en algún listado de predicciones. Primeros del average ofensivo, tanto el general como con hombres en circulación (.350 y .373, respectivamente); segundos en PCL (2.05) y con igual asiento compartido para la defensa (.986), son los detalles más significativos que se recogen en su hoja de anotación. A esos detalles cabe agregar que por primera vez en mucho tiempo el pitcheo de relevo ha sido capaz de plantar cara; en general, los hombres de la segunda línea de serpentineros trabajan para notabilísimo 1.63.

Con el protagonismo de hombres como Yariel Rodríguez y Carlos Pérez sobre la colina de los suspiros; y de Ayala, Héctor Hernández y Segura madero en ristre o a la defensa, el Camagüey de estos primeros nueve partidos ha sido (prácticamente) todo lo que se quisiera que fuera. No solo por los dígitos que permiten cuantificar lo ocurrido, sino por la forma en la que han defendido el derecho de sus aficionados a soñar por cuenta de la pelota.