Camagüey.- Por soñar, Nisley Laforcade Oliva sueña en grande. En su visión de futuro Piedrecitas no tiene un campo de pelota sino todo un estadio en el “que pudieran jugarse hasta algunos partidos de la Serie Nacional de Béisbol”. Esa es la meta a la que apunta con varios compañeros de trabajo, profesores todos del Instituto Cubano de Deportes en Carlos Manuel de Céspedes. De su esfuerzo depende el “milagro”.

Sin dejar a un lado sus clases, los profesores del Inder protagonizan el rescate de áreas deportivas en varios puntos del municipio.Sin dejar a un lado sus clases, los profesores del Inder protagonizan el rescate de áreas deportivas en varios puntos del municipio.Para quien no lo sepa, vale el dato. Piedrecitas es un poblado del más occidental de los municipios camagüeyanos, ubicado a siete kilómetros de la cabecera de la demarcación y cerca de cuatro de la Carretera Central. En su paisaje se suceden campos de caña, de cultivos varios y unas cuantas caballerías de marabú.

Pero también buenos peloteros, y una afición por los diamantes que los lleva a organizar copas con comunidades de la provincia y la vecina Ciego de Ávila. Por eso cuando se confirmó que contarían con cerca de 50 mil pesos para remodelar el terreno, levantar una cerca con bloques de hormigón e incluso una pequeña grada, entre sus pobladores se celebró con más alegría el otorgamiento de la sede por el 26 de Julio.

Nisley, director del combinado deportivo local, el “Antonio Maceo”, es el máximo responsable de que los recursos den a luz el nuevo estadio. “Aquí sabemos lo que es trabajar para la primera categoría”, asegura. “Hace solo unas semanas acogimos los juegos de la Serie Provincial debido a las reparaciones que se realizaban en el estadio de Céspedes. Todo el que vino nos elogió por la calidad del terreno y el respaldo del público. ¡Y eso era con un backstore en malas condiciones y la gente mirando los juegos debajo de las matas, como se pudiera!”.

Para respaldar las muchas jornadas de trabajo falta, sin embargo, estabilizar el suministro de materiales. Con entregas de cemento que no alcanzan a satisfacer las urgencias más inmediatas, sin bloques suficientes para todo lo que se pretende y puede pagar, y con los materiales para el terreno todavía bajo el signo de la incógnita no hay avances posibles.

Si la urgencia de tantas obras lo impone, tal vez debiera plantearse una nueva fecha para la terminación del campo. Lo que si no cabe dentro de ningún escenario es la alternativa de dejar las cosas a medio hacer, o que la calidad termine sacrificada en el altar del finalismo que antecede a tantas efemérides. Ni Piedrecitas ni sus pobladores lo merecen.

UNA CANCHA A DOS TIEMPOS

La reparación de los tableros de la cancha de Estrella fue posible gracias a la ayuda de trabajadores por cuenta propia. Una buena muestra cómo la comunidad puede apoyar en el rescate de las instalaciones que la benefician.La reparación de los tableros de la cancha de Estrella fue posible gracias a la ayuda de trabajadores por cuenta propia. Una buena muestra cómo la comunidad puede apoyar en el rescate de las instalaciones que la benefician.Casi en el corazón del consejo popular de Estrella, muy cerca de donde por décadas funcionó el central República Dominicana existió desde siempre un terreno de baloncesto. Nunca pasó de eso: una superficie de cemento pulido que con el tiempo fue perdiendo tal condición, dos tableros y unos postes para el alumbrado.

Varios meses más tarde de la vieja instalación no queda más que el recuerdo. Con orgullo, Jorge Luis Quesada Montalvo, subdirector de deportes en el combinado Ernesto Guevara, muestra el nuevo local que ya ocupa la cátedra de profesores, edificado desde sus cimientos y que permitirá extender los horarios de atención a la comunidad.

Además levantaron toda la cerca perimetral y una pequeña sección de gradas, y construyeron un baño y su correspondiente fosa sanitaria. “Sin embargo”, aclara, “para nosotros lo más importante es que recuperaremos las torres de iluminación y debemos mejorar la cancha”.

Esas últimas acciones permitirán a los aficionados continuar sus prácticas incluso en el horario de la noche, y con la nueva capa de cemento se eliminarán las múltiples irregularidades que hoy presenta el terreno de juegos.

Si bien quedaban por asegurar algunos recursos, la idea es que el lugar funcione a plena capacidad desde el comienzo del período vacacional, precisamente el más activo si de recreación se trata. Otros espacios que por entonces deberán mostrar imágenes renovadas son el estadio municipal y la piscina, donde se ejecutan acciones de mantenimiento conducidas también por profesores del Inder.

Son solo algunos de los presentes que ese pueblo del occidente camagüeyano se regala a sí mismo como celebración por la clarinada de julio. El trabajo es su divisa para merecerlos.

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