Camagüey.- Cualquier hijo de vecino lo sabe: con todo y la creciente popularidad del fútbol, a pesar de los esfuerzos y simbolismos que puedan acompañar a otros títulos, la pelota sigue siendo tema aparte.

Su influencia, de hecho, va mucho más allá de los diamantes o las estadísticas; algunos incluso aseguran que puede tomársele como una especie de termómetro para pulsar lo cotidiano, para saber por qué derroteros anda la comunidad que la vive. La caña da más azúcar en días de victoria e incluso en las casas se vive un aire “diferente”, como si con cada carrera anotada o cada triunfo en bolsa se hiciera un poco más fácil el camino.

Luis Ulacia no necesita leer estas líneas para comprenderlo. Tampoco nadie debe recordarle que esos muchachos que desde el domingo conducirá por los derroteros de la tercera Serie Nacional Sub-23 son --en buena medida-- el presente de la pelota camagüeyana.

Luis Ulacia lo sabe porque lo aprendió de la forma más difícil y completa, siendo el mismo --una vez-- ese presente.

De sus días como jugador intentó tomar experiencias para los años en que le tocó dirigir el equipo grande de la provincia. No todo le salió como esperaba. Tiempo después, y con la mesura que dan los cambios de almanaque, vuelve a sentarse en el banquillo del estadio Cándido González para asumir una responsabilidad que quizás sea más difícil, porque implica formar.

Lo reconoce a saltos, interrumpiendo constantemente la conversación que sostenemos. A cada minuto se preocupa por algo, llama a alguno de los atletas para que ejecute este o aquel ejercicio, cambia los coachs para ensayar nuevas variantes...

“¿Es este el estilo que tendrá el equipo?”, le pregunto, al verlo llenar la alineación de hombres rápidos y pedirle a Humberto Bravo padre que se “prepare para hacer jugada”.

“Por ahí estará la cosa”, dice. “No tenemos grandes bateadores, así que estamos obligados a mover la defensa de los rivales. La serie que quisiéramos jugar se basa en la velocidad y la ofensiva oportuna, no podemos dejar hombres en base ni perder partidos con diferencias de una o dos carreras”.

--Para lograr un desempeño como ese, se deben conjugar muchos detalles; de hecho, todos los que deciden en la pelota.

--Nosotros contamos con uno de los mejores cuerpos de pitcheo del país en esta categoría, ahí está el arma principal a la que apelaremos. Lo otro, como te apuntaba, es conseguir una ofensiva oportuna y que la defensa nos funcione como esperamos. De todos estos asuntos hemos hablado con los muchachos y les hemos dejado claro que no queremos súper hombres: cualquier pitcheo puede sufrir una o dos carreras, a la mejor defensa se le puede ir un error, no siempre se consigue traer a todos los hombres para la goma... lo más importante es reponerse y seguir adelante. La derrota está en el terreno; lo que importa es salir a fajarse por la victoria.

--Orden de los abridores.

--En principio, Yariel Rodríguez, Arbelio Quiroz, Juan Michel Ruiz y Carlos Pérez. Ya después, cuando se nos incorporen Yosimar Cousin y José Ramón Rodríguez, analizaremos los cambios que sea necesario hacer. En cada responsabilidad van a estar los hombres que mejor lo estén haciendo.

--La alineación inicial.

--Los jardines están definidos. En el izquierdo estará Leonel Moa, en el center Danny Luaces y en el right Dariel Avilés, quien además tendrá la responsabilidad de cuarto bate. La primera sigue en manos de Segura, Eugellés, Yasser Quesada en el campo corto y Jorge López en tercera base. Tenemos la posibilidad también de que cuando concluye el juvenil se nos incorpore Yandy Yanes, rotando entre el siort y la antesala. Otro que puede cumplir esas dos últimas funciones es Adrián Hernández. Luis Gómez será el hombre principal detrás del plato e Irán Falcón asumirá como designado.

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