En la actual convocatoria se perfilan como imprescindibles los aportes de hombres como Irán Falcón y Luis Gómez, en la receptoría; Leonel Segura, el único “sembrado” en el cuadro; Dariel Avilés y Leonel Moa, hijo, en los jardines; y de lanzadores como José Ramón Rodríguez (quien no jugó la Liga Agramontina) y Arbelio Quiroz (que todavía se recupera de una lesión). Además, sobre el montículo también se pueden augurar buenos desempeños por parte de Yosimar Cousin, Carlos Pérez, Lisander Hernández y Yariel Rodríguez.

Este año la serie sub-23 mantendrá el esquema clasificatorio de su anterior temporada, con enfrentamientos divididos en cuatro grupos y el pase a semifinales de los líderes de cada apartado, hecho que afecta a Camagüey, que comparte llave con tres selecciones de peso.

Entre ellas resalta Sancti Spíritus (27-9, en la fase regional y subcampeón del calendario precedente) y Ciego de Ávila, que con un cuadro muy renovado aspira a mejorar su discreta cosecha de entonces (se ubicó penúltima, con balance de 9-27).

Precisamente los avileños serán los primeros rivales de los nuestros en la cercana lid, prevista para comenzar el 22 de mayo.

En dos ediciones del Sub-23 los camagüeyanos archivan saldo de 40 victorias y 33 derrotas, con el segundo lugar de 2014 como su mejor resultado histórico. En esa oportunidad pasaron a la postemporada como uno de los mejores segundos lugares, por detrás de los Gallos.

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