Si revisamos las 55 campañas de la pelota revolucionaria, solo Industriales, Santiago de Cuba, Villa Clara, Henequeneros y los propios pinareños han sido capaces de triunfar en dos temporadas consecutivas, por lo que el éxito de la tropa comandada por Roger Machado los lanza al firmamento para deleite de una afición que puso a temblar el parque José Ramón Cepero, siempre respetuosa y original.  

“Antes de salir, les dijimos a los muchachos que echaran alma, corazón y vida en el terreno, que jugaran como si fuera el último partido de sus vidas y, sin ningún tipo de autosuficiencia, que se sintieran mejores que Pinar del Río. Así ofrecieron un tremendo espectáculo”, relató un emocionado Roger Machado tras caer el out 27.

El trance hasta ese momento fue más tranquilo de lo anticipado. Después de seis choques de cruenta lucha, tres de ellos definidos por margen de una carrera, los Tigres empezaron bien arriba, y no precisamente por la explosión de sus maderos. En la mismísima primera jugada del desafío, Raúl González realizó una excelente atrapada sobre fuerte conexión de Lázaro Ramírez, preludio de que el plantel estaba sediento de victoria.

En efecto, desde el tercer capítulo atacaron con uñas y dientes, explotando a uno de sus verdugos esta temporada, el derecho Erlis Casanova, quien soportó par de anotaciones remolcadas por José Adolis García y Yoelvis Fiss, determinante en su regreso como cuarto bate luego de varias jornadas de suplente por una lesión en su mano izquierda.

“Me sorprendió esa ubicación, porque no he jugado mucho en la postemporada, pero lo asumí con respeto y sin presión, he ocupado ese turno todo el año. Conecté batazos importantes y todos demostramos nuestra calidad para recuperarnos de tres derrotas seguidas, gracias a que estamos adaptados a jugar play off. Las cosas rompieron a nuestro favor y nos llevamos la victoria”, destacó a Granma Fiss, autor de par de dobles.

Pero no fue solo el patrullero central avileño, Machado también movió a turnos de mayor responsabilidad a Osvaldo Vázquez y Guillermo Avilés, quienes respondieron con cinco jits, tres remolques, dos anotadas y un vuelacercas del zurdo granmense.

“Me salieron bien los cambios, ayer todo fue al revés, pero en el juego decisivo aposté por mis hombres, ellos me han dado alegría y hoy repitieron, aunque tampoco puedo obviar a Ariel Borrero y Yeniet Pérez, muy importantes desde que los acogimos como refuerzos”, confesó el mentor avileño, acertado además en la designación del abridor Dachel Duquesne.

El derecho obtuvo su triunfo 12 de la campaña al caminar siete entradas en blanco, sin boletos y seis inatrapables permitidos. “Esto es lo más grande para Ciego, para mí. Me siento muy feliz, con ganas de hacer más cosas. El trabajo salió gracias a la ayuda de mis compañeros, a la confianza, siempre con mente positiva. Logré sacar el primer out de cada entrada, con mucho control, apoyado sobre todo en la recta”, afirmó el serpentinero de Chambas.

Los últimos seis outs del pleito los sacó otro puntal de los Tigres durante todo el año (15 salvados), el veloz cerrador Yennier Cano. “Estoy muy orgulloso, era algo que esperaba, porque me he preparado y he crecido con la incorporación de la slider. Quiero dedicarle mi actuación a Yander Guevara, mi ídolo, y al pueblo de Ciego, que se lo merece”, sentenció el relevista de la selección nacional.

Esa misma afición dio un gran ejemplo al término del partido, cuando aplaudieron cerradamente a los Vegueros de Pinar del Río, dignos finalistas y guerreros duros de pelar´. “Felicitamos a Ciego por una gran victoria, nosotros estamos contentos con el trabajo, cualquiera de los dos podía haber ganado”, expresó Donal Duarte, capitán vueltabajero.

“Hoy las cosas no nos salieron bien, le pegamos a la bola, pero salió de frente en muchas ocasiones, el factor suerte no rompió a nuestro favor. Nos sentimos satisfechos, creo que es un resultado inesperado en Pinar del Río por tantos cambios que ha vivido el equipo en los últimos tiempos”, aseguró Jorge Ricardo Gallardo, manager pinareño.

A pesar del esfuerzo y un histórico regreso después de estar perdiendo 0-3 la discusión del cetro, los Vegueros no lograron concretar la remontada más significativa de la pelota cubana, superados por unos Tigres que siempre creyeron, liderados por Roger Machado, convertido en uno de los directores más exitosos de la nación.

El otrora estelar receptor obtiene su tercera corona, solo superado por las cinco de Jorge Fuentes, y las cuatro de Ramón Carneado e Higinio Vélez. Además, igualó el trío de cetros de históricos mentores como Pedro Jova, Rey Vicente Anglada, Alfonso Urquiola y Antonio Pacheco.

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