El partido entre los dos conjuntos deportivos sobresale en el contexto de la histórica visita oficial aquí de Obama, la primera de un mandatario estadounidense a Cuba tras la efectuada en 1928 por Calvin Coolidge, en un suceso que marca un nuevo paso en las relaciones de ambos países, a pesar de que aún subsisten serias diferencias conceptuales.

Este hecho se inserta en la coyuntura determinada a partir del 17 de diciembre de 2014, cuando el dignatario norteamericano y el jefe de Estado cubano anunciaron el inicio del proceso hacia la normalización de los nexos bilaterales.

El duelo deportivo pondrá frente a frente a un equipo Cuba y otro de las Grandes Ligas del béisbol de Estados Unidos por primera vez desde 1999, cuando los Orioles de Baltimore jugaron en el mismo escenario.

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