CAMAGÜEY.- Como se preveía, este año la final de la Serie Nacional de Boxeo fue una suerte round en el que los equipos de Guantánamo y Camagüey intercambiaron éxitos como golpes de campana a campana en el Palacio de los Deportes Rafael Fortún Chacón, de esta ciudad. Ambas escuadras se juntaron en la cima de la tabla después de las dos primeras jornadas, pues los del Guaso derrotaron a Pinar del Río y Santiago de Cuba y acumularon 102 puntos, igual cantidad que los anfitriones que superaron a pinareños y capitalinos.

En el tercer día los orientales tomaron la delantera tras acumular una victoria más en su duelo frente a La Habana, mientras los nuestros superaban a los espirituanos. Los Guerreros de El Mayor reaccionaron inmediatamente y el jueves asaltaron la sima tras demoler a los indómitos en un programa que terminó con balance ocho victorias y dos derrotas y en el que seis peleas terminaron antes del tiempo reglamentario. Así quedó lista la escena para que todo se definiera en el último duelo del torneo entre guantanameros y agramontinos.

Damián Arce abrió los caminos con un contundente 3-0 a Giovis Salfrán, quien fue incapaz de marcarle al boxeador más combativo del certamen. El refuerzo cienfueguero Erislán Romero marcó la segunda sonrisa en los 52 kilogramos ante Roiler Zamora, pero su conterráneo Victor Romeu (57 kg) no pudo emularlo y perdió ante Rafael Joubert. Rubiel Nuviola puso el match 3-1 cuando propinó un sangriento RSC a Randy Tamayo en los 60 kg y los del Guaso contragolpearon con ayuda de los jueces, que otorgaron votos unánimes a Jorge Moirán sobre Damián Lescaille, pese a que el nuevitero fue mejor. “Sentí que pegué más y más fuerte, pero los árbitros no lo vieron así. No queda más que seguir entrenando porque quiero ser la primera figura de 63 kilos en el próximo ciclo olímpico”.

No obstante, Kevin Brown, elegido finalmente como el Más Técnico del evento, puso a Camagüey a un paso de su segunda corona al provocar el abandono de Marlon Laspiel en el tercer asalto. Yoenlis Hernández pudo darle el alegrón definitivo a su público, pero el titular olímpico Arlen López lo venció con más nombre que recursos boxísticos. “Hace solo un mes que pasé a esta división y sabía que contra él iba a ser complicado. Creo que se la puse difícil en el cuadrilátero, no pensé que su victoria fuese por decisión unánime”, dijo Hernández.

Fue entonces cuando subió al cuadrilátero nuestro hombre de Río2016 y le puso el caramelo al dulce. “Yo estoy aquí, yo estoy aquí” gritaba Julio César La Cruz mientras su rival, el talentoso Ernesvadi Begué, intentaba atrapar su sombra. Y es que para los momentos de apuro los camagüeyanos siempre tendremos la soberana presencia del mejor boxeador cubano de esta década. Con el doblete nacional en el bolsillo del comisionado provincial Aristides Peralta, el trámite se completó con el triunfo del completo oriental Erislandy Savón en detrimento de Ángel Nápoles y del refuerzo tunero Juan Salgado sobre Luis Michel. Las seis peleas ganadas y cuatro perdidas del adiós reportaron 48 puntos a Camagüey, que acumuló 255, por 236 sus rivales de turno y medallistas de plata. Con 203 unidades y el metal bronceado terminaron los indómitos.

En el festejo Adelante conversó con el preparador más exitoso del país en el último quinquenio, el joven Robinson Poll. “Este es mi tercer premio como mejor entrenador en Series Nacionales (además tiene otros tantos en torneos Playa Girón), pero lo más importante es que se cumplen los objetivos del equipo. Nuestras figuras principales vinieron con combates dirigidos para reforzar la estrategia con vista a los Juegos Panamericanos, por eso fue clave dosificar a los atletas porque tenemos mucho potencial en cada división. Tenemos ocho boxeadores en los Domadores, y en septiembre se une Nápoles, o sea, tenemos material para ganar nuevamente en 2020”.