CAMAGÜEY.- Su voz ronca todavía se escucha desde los palcos. No para de gritarles a sus muchachos cómo hacer el swing y la paciencia debida en el cajón de bateo… ¡No le quites la cara! ¡Déjala que llegue! ¡Déjala que llegue! Ya son 85 años de Miguelito Miranda Rodríguez y aunque terminaran sus tiempos de cargabates en el equipo de Camagüey mantiene una vitalidad que asombra a todos.

Pacheco de La Habana, Pileta de Santiago de Cuba, Cañizares de Sancti Spíritis, “Nini” de Pinar del Río y “Micifuz” de Villa Clara fueron algunos de los nombres con más Series Nacionales en el, a veces olvidado, oficio de ayudantía con los enseres beisboleros. Dentro del grupo también se inserta Miguelito, a quien recuerdo con sus espejuelitos en simpáticas situaciones de juego, mortificaciones tras malos resultados y hasta una jocosa discusión con “Micifuz”, sin duda otra postal curiosa de nuestro pasatiempo.

¿Cuál es la historia de este camagüeyano? ¿Cuántos campeonatos estuvo? Fueron 16 series, sin contar las Selectivas y las Copas Revolución, desde que comenzó en 1982 con el director Miguel Borroto, y este redactor no suponía que el lugar de origen del entrevistado fuera el santacruceño batey de Santa Marta, hoy Cándido González:

“Me descubrieron como buen cargabates cuando vine con Santa Cruz del Sur a una provincial y ya se hacía necesario sustituir al del equipo mayor. Llamé la atención por mi agilidad, entonces el director del Inder habló con mi empresa y le dijeron no había problema. Desde entonces creo que lo hice muy bien, me felicitaban en las emulaciones del equipo Camagüey y hasta pasé como estímulo 15 días en Checoslovaquia.

-Un buen cargabates debe ser el enlace del manager con el campo de juego, aunque algunos olvidan la importancia de que actúe como robador de señas ¿Qué me puede decir al respecto?

-Aunque la gente no lo crea tenemos que correr mucho, hacer pesas, porque hay que estar en forma. Es verdad que como estamos dentro del campo y cerca de los cátcher podemos espiar al contrario ¡Yo todavía robo señas desde el palco! Cada vez que puedo le paso la voz a los muchachos, antes iba y se lo decía a los pitchers, pero había muchas señas que no podían descubrirse, ahora todo el mundo las hace y no se cuidan o no se saben robar.

-¿Cuál fue su mejor recuerdo?

-Con Felipe Sarduy como director, a finales de los 80, cuando clasificamos a pesar de que eran cuatro equipos muy fuertes. Entonces había que esperar a que se muriera el pitcher para entrar al box a sacarlo.

-A pesar de sus años aun se le ve hacer carreritas en el estadio, pero fue la hora de retirarse ¿Cómo fue el proceso?

-Ya tenía problemas de la presión y a veces me faltaba el aire, pero ya estoy mejor, incluso todavía hay público que me pide regrese al equipo. Cada director prefiere o no a un cargabates, al igual que a su cuerpo de entrenadores, por eso en ocasiones Joseíto estuvo con Camagüey y otras veces yo, pero me siento muy satisfecho de haber estado tantos años en la pelota, como si fuera un jugador más. Sigo en el estadio y grito todo lo que puedo para que gane mi equipo.