LA HABANA.- Víctimas una vez más de su improductividad madero en ristre, Leñadores de Las Tunas cayó hoy 1-3 ante el local Toros de Herrera (PAN), en la disputa del cetro de la Serie del Caribe, con sede en el estadio Rod Carew.

La tropa del mentor Pablo Civil apenas pegó cinco hits, dos de los cuales al aval de Alfredo Despaigne, quien anotó la única carrera en el quinto episodio, luego de dar doblete y ser remolcado por el también granmense Carlos Benítez, frente a los envíos del abridor y ganador, Harold Arauz.

El derecho panameño maniató la ofensiva tunera con sus envíos de rompimiento en zona baja. Y sus tres sustitutos también trabajaron tranquilos frente a la desesperación en el cajón de bateo de los alumnos de Civil.

Manuel Corpas, el cerrador de los Toros, consiguió su cuarto punto por juego salvado, y de seguro, por haber intervenido en las cuatro victorias de su equipo, será declarado el Jugador Más Valioso de esta Serie del Caribe.

Los Toros decidieron el partido en el mismo primer inning, con par de carreras ante los envíos del villaclareño Freddy Asiel Álvarez, quien con apenas cuatro días de descanso permitió, de forma sucesiva, biangular de Jilton Calderón e imparables de Allan Córdova y Elmer Reyes.

La tercera carrera del conjunto local se produjo en el séptimo episodio, después de dos outs. Jonathan Gálvez pegó doblete que decretó la salida del box de Freddy, a cuyo rescate llegó el avileño Vladimir García, quien primero hizo un lanzamiento malo y luego admitió hit remolcador de Rodrigo Virgil.

Civil trajo al zurdo Liván Moinelo, y controló la situación. 

En el noveno capítulo, después de dos outs, el mentor tunero envió de emergente al zurdo villaclareño Yurién Vizcaino, líder impulsor de la Serie Nacional Cubana, y respondió con un doblete. Pero a seguidas, Despaigne falló en línea al jardín central. 

Este fue el segundo fracaso del torneo para Freddy, quien ahora firmó su tercera derrota sin victorias en su cuarta participación en Series del Caribe.

Los Leñadores cerraron el certamen con una pálida cota de dos victorias y tres fracasos, con apenas ocho carreras remolcadas en cinco partidos.

Así, no se puede ganar un torneo.