CAMAGÜEY.- Con cuatro anotaciones en la novena entrada, las Avispas de Santiago de Cuba propinaron una muy costosa barrida a los Toros de la Llanura de Camagüey en sus cada vez más lejanas aspiraciones de colarse entre los ocho primeros puestos de la 58 Serie Nacional de Béisbol. Decisiones equivocadas de la dirección del equipo, baja producción de carreras, una defensa que sigue fallando en los momentos claves y un pitcheo relevo que no aguantó, fueron las principales causas de la derrota.

Las primeras dos anotaciones de los santiagueros llegaron por error (pudiera llamarse horror) del tercera base Yosbel Pérez tras intentar capturar un foul fly. Nuevamente la defensa falla y cuesta carreras. Los locales lograron descontar en el cierre de la primera entrada cuando se unieron dos hit de Danny Luaces y Asniel Castro, muchachos que desde hace mucho debieron estar jugando, y la ayuda de un wild pitch, porque de ser por los bateadores no hubieran anotado; Héctor Hernández, tercero en la tanda había conectado para doble play.

Así estuvo el juego hasta la tercera, cuando Camagüey tomó el mando con dos rayitas, estas también por error de la defensa santiaguera. Los visitantes fabricaron otra más en el cuarto por jonrón de su tercera base, Labrada, por el jardín izquierdo. Otra vez a Yariel Rodríguez se le quedó un lanzamiento al medio.

Fue un de juego de altas y bajas, en esa propia entrada los locales hicieron otra más, jugando agresivos y guiados por Danny Luaces que otra vez se embasó abriendo inning lo que dio la posibilidad de hacer jugadas. En la quinta llegó otra carrera inmerecida para los lanzadores abridores camagüeyanos, tras un error de los que no se anotan, otra vez de Yosbel Pérez.

Increíblemente, tras anotar otras tres en los capítulos sexto y el séptimo, el juego llegó al noveno con ventaja para los de casa 7-5 y su mejor relevista y cerrador en la lomita. Todo pintaba para que Camagüey salvara la honra y llegara a una necesaria décima victoria.

Una máxima del béisbol dice que el cerrador gana, pierde, o salva, pero la dirección del equipo no lo entendió así, y sustituyó a Carlos Pérez tras regalar un boleto y tolerar un indiscutible. Detrás, nadie pudo contener los nervios: Erisley Basulto no cumplió y empataron el partido. Con siete a siete, juego nuevo, por enésima vez le dieron la bola a  Lisánder Hernández y por enésima vez volvió a fallar; Orlando González y el entrenador de pitcheo le han dado ya demasiadas oportunidades. Sin nada en la recta, trató de pasar al cuarto bate de las Avispas... todavía la pelota no debe haber caído.

Los muchachos se ven muy presionados, la dirección aún más, y el resultado es que se siguen perdiendo juegos ganados, se notan desconcentrados y sin dominio de los fundamentos básicos del béisbol.

Ahora los Toros tomarán la carretera para jugar en Holguín y la Isla de la Juventud, ojalá puedan aprovechar esta salida de su cuartel general para relajarse y dejar atrás las tensiones. De lo contrario habría que esperar otra serie para que este equipo muestre sobre el terreno la calidad que tiene en nómina.