LA HABANA.- La  Serie del Caribe es ya una realidad. Desde hoy y hasta el ocho de febrero la ciudad mexicana de Guadalajara, en Jalisco,  es la capital regional del béisbol, y los Alazanes de Granma, representantes de Cuba por segunda ocasión consecutiva, tratarán de agrandar la historia del país en ese torneo.

Esta nación, cuna de grandes jugadores como Martín Dihigo y Omar Linares, fue la más sobresaliente en el importante torneo durante sus primeras 12 ediciones al conseguir siete títulos, hasta ser excluida a partir de 1961.

Aquí nació el certamen, pues su primera edición se efectuó en la capital cubana en 1949, cuando los Alacranes de Almendares, de La Habana, subieron a lo más alto de forma invicta, para entusiasmo de los seguidores de ese deporte en el archipiélago.

En esa ocasión, el lanzador zurdo Agapito Mayor alcanzó tres victorias, sin derrotas, y resultó el Jugador Más Destacado de la lid.

El siguiente trofeo de los cubanos fue conseguido por los Leones de La Habana (1952), y luego se ubicaron en la cima los Elefantes de Cienfuegos (1956), los Tigres de Marianao (1957 y 1958), los Alacranes de Almendares (1959) y los Elefantes de Cienfuegos (1960).

Son muy llamativos los cinco títulos conseguidos por equipos cubanos en sus últimas cinco participaciones en esa etapa, lo cual demuestra su superioridad en aquel período.

De forma general, los otros países con trofeos hasta ese momento fueron Puerto Rico (cuatro) y Panamá (uno). Señalamos que la edición de 1961 debía realizarse en La Habana, pero los organizadores cambiaron la sede para Venezuela, con el pretexto de falta de garantías y seguridad para los jugadores.

LA HISTORIA MÁS RECIENTE

Luego de una larga etapa de ausencia cubana, un conjunto de esta nación volvió al certamen en 2014, cuando los Azucareros de Villa Clara, ganadores de la Serie Nacional de Béisbol y reforzados por atletas de otras provincias, fueron a Isla de Margarita, en Venezuela, sede del evento, en busca de un sueño.

Verdaderamente, el plantel pudo hacer poco y apenas consiguió un éxito en la etapa clasificatoria, por lo cual quedó rápidamente eliminado en la última posición.

Un año después, fueron los Vegueros de Pinar del Río, guiados por Alfonso Urquiola, timonel que parece tener un talismán para ganar torneos.

Con solo una sonrisa en la primera fase y algo de suerte, los pinareños se colaron en la semifinal y luego vencieron en los dos desafíos decisivos, para sorprender a muchos en Puerto Rico, anfitriona en aquella  oportunidad.

En el 2016, los Tigres de Ciego de Ávila apenas alcanzaron un triunfo, el cual fue sobre los Leones del Escogido, de República Dominicana, y accedieron a la semifinal, pero perdieron ante los Venados de Mazatlán, los cuales al final fueron los campeones, y se convirtieron en los primeros mexicanos de la historia en conseguirlo de manera invicta.   

Los Alazanes de Granma, en la edición del 2017, ganaron tres desafíos y apenas perdieron uno en la primera fase, para clasificar cómodamente a la siguiente, pero después cayeron ante las Águilas de Mexicali, una carrera a cero.

A partir de hoy, los Alazanes, recientes campeones de Cuba por segunda temporada consecutiva, tendrán otra vez la responsabilidad de representar a esta tierra, donde el béisbol es alegría y emociones, sueños y tradiciones, parte de las esencias de la nación.

Seguramente, las bolas y los strikes, outs, hits y jonrones volverán a cautivar a millones de aficionados de República Dominicana, Puerto Rico, México, Venezuela y Cuba, quienes estarán pendientes de las actuaciones de sus conjuntos, en Guadalajara, ciudad de tequilas, tortas ahogadas, mujeres hermosas y pasión por el deporte.