BAYAMO.- El béisbol es un deporte en el que se gana por carreras anotadas, y los tres primeros duelos de la final entre el monarca exponente Granma y Las Tunas, en esta LVII Serie Nacional de Béisbol, se han decidido por las rúbricas signadas en el primer tercio del partido.

Las estadísticas, que jamás engañan, muestran cómo los Leñadores tuneros ganaron dos juegos sucesivos en su feudo del estadio Julio Antonio Mella, apoyados en su explosividad en esos tres innings de apertura.

Los alumnos del mentor Pablo Civil hicieron seis y siete carreras decisivas en el primer tercio del juego inicial y del segundo desafío, respectivamente, y aunque Granma intentó la remontada, no logró concretarla porque era una diferencia muy holgada.

Pero los Alazanes les pagaron ayer a los Leñadores con la misma moneda, al pisar el home en nueve ocasiones en ese período del cotejo.

La explicación a esta pésima labor de los cuerpos de picheo es tan clara como el agua: hay escasez de buenos lanzadores abridores en el pasatiempo nacional, lo cual queda demostrado después cuando los equipos cubanos intervienen en torneos internacionales.

Para este miércoles, en el cuarto duelo de esta final que marcha 2-1 favorable a los tuneros, el mánager Carlos Martí anunció al derecho Lázaro Blanco, quien abrió este play-off y fue bateado con soltura por los Leñadores en el primer tercio.

Mientras, Civil apostará por el zurdo Luis Ángel Gómez, quien no tiene velocidad en sus envíos, pero los sabe colocar en la zona de duda de los bateadores rivales.

Danel Castro, Yosvany Alarcón, Rafael Viñales y el resto del equipo tunero prepararán sus maderos para atacar nuevamente temprano la slider hacia afuera que lanza Blanco, y marcar en los primeros innings.

Igual sucederá con Roel Santos, Guillermo Avilés, Alfredo Despaigne y la tanda completa de los Alazanes, dispuesta a sacar temprano del box al inteligente zurdo Gómez.