CAMAGÜEY.-  Matanzas, el zurdo Dariel Góngora llegó como un “parche” para suplir las ausencias motivadas por la participación de Cuba en el Panamericano Sub-23. Varias semanas antes ninguno de los seis mánagers en lidia lo había considerado con los méritos suficientes como para reforzar sus nóminas.

Sin embargo, recién embarcado en la nave que conduce Víctor Figueroa, el número 19 de los Toros mostró músculo –nada más y nada menos que ante Industriales-- relevando de forma impecable durante cinco innings y dos tercios, en un partido que los yumurinos tenían perdido desde antes de su escalada al box.

Aquel “debut” en el parque Latinoamericano fue solo el primer capítulo de la que hasta ahora puede considerarse la mejor actuación de los refuerzos camagüeyanos en la presente Serie Nacional.

Sólido en cuanta responsabilidad se le asigna –ha enrumbado hacia la lomita lo mismo como apagafuegos que en rol de abridor--, Góngora podía enorgullecerse hasta este viernes en la tarde de ser copartícipe de seis de las veintiocho victorias de los Cocodrilos en la segunda fase. En esos tres triunfos e igual número de salvamentos han sido determinantes su excepcional promedio de limpias (1.57) y las contadas libertades que ha permitido a las baterías rivales, las cuales solo le han podido conectar para average de .193. Vale remarcar también su correlación ponches-boletos (24-7, con dos intencionales).

Los buenos guarismos del “camagüeyano-matancero” no sorprenden. Aunque no pudo enorgullecerse por su cosecha de éxitos y fracasos (cerró con 3-3), sí llevó a su hoja de servicios un aceptable PCL de 3.15, con average contrario de .229, y 31 ponches y 19 bases por bolas. Había conseguido completar 45.2 en ocho actuaciones (casi seis entradas por encuentro).

Como se sabe, seis camagüeyanos visten nuevas franelas en las semifinales que se iniciaron el jueves. Además de Góngora, cuatro militan bajo las banderas de Las Tunas (Carlos Pérez, Yariel Rodríguez, Yosimar Cousin y Alexander Ayala), en tanto José Ramón Rodríguez se viste de azul a las órdenes de Víctor Mesa. En un segmento del calendario el mánager Pablo Civil se decantó por Arbelio Quiroz, pero el cespedeño no volverá a ver juego en lo que queda de campeonato.

De los lugareños con opciones de luchar por el título las mayores expectativas seguirán centrándose en Ayala, quien ha cumplido un calendario “de seis” meritorio aunque no excepcional. Por su cuenta, lo más significativo ha sido la ofensiva con hombres en circulación (.331, incluidos tres dobles y par de vuelacercas); menos efectivo se la ha visto a la hora de defender el campo corto, pues en 253 lances ha pifiado doce veces (promedio de .953). En el caso de José Ramón y Yariel tocará esperar por sus respectivas presentaciones. Todo indica que el primero deberá mantenerse como abridor y el segundo en misión de relevista, merced de los tres triunfos que aportó cada uno a sus nuevos planteles. Tendrán, sin embargo, que cuidarse de la ofensiva contraria (que no pudieron hacer descender de los .300) y de sus propios “demonios” en cuanto al control (sobre todo Yariel, quien al servicio de los Leñadores otorgó 19 boletos frente a solo once ponches).

Con tales antecedentes siguen la mayoría de nuestros aficionados la actuación de estos Toros devenidos en refuerzos. A falta de buenas noticias beisboleras en casa es ese el intento de “consuelo” con que aquí se sigue alentando la gran pasión deportiva de la Isla. A falta de pan…